Así se conoce en la historia de la infamia universal, hace 80 años, la noche en 1.938 en que los nazis salieron a quemar y saquear todos los cultos de los judíos y mataron a varios de ellos. Era el presagio del horror de los campos de concentración y el holocausto que vendría después. Pero guardadas las proporciones, lo que sucedió en Bogotá el jueves pasado parecía como una de esas noches de los cristales rotos, pero no de la Alemania nazista que vuelve a ganar elecciones y asusta, sino aquí en Bogotá. El colapso de la capital fue total. Los estudiantes sabían que lograrían crear más impacto a partir de las 4 de la tarde que era el momento en que la gente salía de sus trabajos, y peor aún, empezó a llover en la ciudad. Es decir, mejor escenario para una revuelta no la había. La carrera 30, cerca de las instalaciones de la universidad, fue apedreada. Los estudiantes estratégicamente ya no salieron hacia el centro, sino hacia donde están los ricos, hacia la 100, y ahí el colapso fue total. Hubo un conductor q
ue literalmente le echó el carro por encima a quienes protestaban. Mucha gente regresó a pie a sus casas y tardaron cerca de 4 horas para su destino.
Volviendo a mirar Alemania, lo que sucedió por estos días en donde en unas elecciones regionales ganó la ultraderecha, ese resultado tiene asustada a Europa. El mundo está girando de manera peligrosa a la derecha. Qué es lo que está sucediendo en el mundo y qué explica la intensidad de las protestas en Colombia? Precisamente eso, la gente tiene miedo. Miedo a la inmigración, miedo al desempleo, miedo a la inseguridad, al futuro, y agreguemos en el caso nuestro, miedo al aumento del IVA en la canasta familiar. Para colmo, hay momentos aquí en Colombia en que a nivel de Gobierno se evidencia la falta pulso para el manejo de las protestas, como le sucediera a Duque en estos días, que mientras el país anda incendiado por todo lado, él andaba con Maluma en la Casa de Nariño – y no es que un presidente no pueda respaldar a un cantante popular, sino por lo menos no era el momento -, y peor para Duque, tampoco ha sido bien recibido un presidente cantando y haciéndole campaña a Carlos Vives para la alcaldía de Santa Marta, mientras el país está protestando por todo lado.
Carlos Vives puede que sea buen cantante, pero de ahí a administrar una alcaldía como la de Santa Marta, es otra cosa. Es muy difícil arreglar los problemas del país a punta de vallenatos.
Al país le vienen más protestas y seguramente vendrán muchos más episodios de cristales rotos, porque el hueco fiscal de 14 billones de pesos es muy grande y Carrasquilla no encuentra dinero por ningún lado a pesar de la orden de Duque. En principio, la única noticia financiera positiva que tiene el país por estos días es que el presupuesto que se había calculado sobre una base con un precio de petróleo a 50 dólares, y hoy en día el precio mundial del crudo es de 76 dólares, luego ahí hay algo de dinero para aliviar el hueco fiscal, pero definitivamente lo que necesita en dinero el país para aliviar muchos de sus problemas corresponde a cifras insuperables, casi imposibles. Por ejemplo, se anunciaba por estos días que el posconflicto necesita cerca de 170 billones de pesos. Los estudiantes para no hacer más protestas exigen 4.5 billones, luego esos son problemas complejos que no los resuelve ni Maluma ni tampoco a punta de vallenatos.