El terreno de la política es uno de los escenarios en el que aparecen las manifestaciones más sublimes del ser humano, o también lo peor de la condición humana. Hoy Brasil se debate en un señalamiento de parte de Dilma Rousseff en el que acusa a Temer, el nuevo presidente de Brasil, antiguo aliado de la exmandataria, de ser un gran traidor quien orquestó todo para sacarla del poder. En el terreno de la política es posible que aparezcan las manifestaciones más perversas del ser humano, lo peor, y por eso la historia de la humanidad comienza con un fratricidio cuando Caín mató a Abel, o en Roma, Rómulo mata a Remo. Así comenzó la historia. Así ha sido siempre la humanidad, y por eso hoy en día vemos como en Siria para ganar la guerra, Basar mandó colocar bombas en los hospitales, con tal de asegurar su victoria.
El proceso de paz en Colombia tiene muchos desafíos. El primero de ellos, en el fondo, es que la resistencia civil anunciada por Uribe en contra del proceso de paz en la que hay señalamientos de impunidad, desconocimiento de la constitución, suplantación del congreso, y muchas más, en el fondo, existe otra confrontación: se trata del primer round en la lucha por las elecciones presidenciales de 2018. El tema ya ha subido de tono en los últimos días: “La resistencia civil es similar a la de Carlos Castaño hace algunos años”, denunció Santos en el foro del partido liberal. Esa confrontación del país, en la que en el medio está la paz, se trasladará en el mes de septiembre a las urnas en las que se votará el plebiscito por la paz. Así será, y entonces la votación que tendremos en cuatro meses, que tiene como banderas la paz, y de otro lado, evitar la impunidad y la defensa del orden jurídico, en realidad será un sondeo de las elecciones presidenciales próximas.
Colombia ha intentado en varios episodios de su historia de encontrar la paz. En esa historia, hay un episodio muy nuestro, cuando hacia el año de 1903 en Chinácota se firmó un acuerdo de paz para terminar la guerra de los 1000 días.
Soy de los que creo, que a pesar de todos los reparos jurídicos que puede llegar a tener el acuerdo de esta semana, el país debe jugarse la carta de la paz. Alejandro Ordoñez, como era de esperarse, ya anunció el inicio de las investigaciones disciplinarias a que haya lugar porque Santos cuando asumió la presidencia juró respetar la constitución, y no derrocarla, y menos de la mano de las Farc. La confrontación política que viene será dura, pero hay un escenario muy peligroso, el peor de todos: la polarización política por la paz.
Sí, es muy peligroso y es un camino que en el pasado lo hemos recorrido con mucho dolor y sangre, porque en el país hay muchos enemigos ocultos de la paz. Los que disparan, los que están dispuestos a asesinar, quienes viven de la guerra.
En los años 80 esa fue la historia de la unión patriótica, de los tres candidatos presidenciales por esos años asesinados. En todo ello hasta tiene razón Santos, cuando señala que la resistencia civil se parece a la de Carlos Castaño, de hace algunos años.