Cada día aparecen en nuestro país hechos que obligan a reflexionar sobre el camino que está tomando el gobierno del presidente Petro y, por ende, el país, lo que fue advertido con anterioridad a su elección. Veamos algunos ejemplos:

Autoritarismo: El talante del mandatario es poner en práctica sus ideas, aunque contraríen las normas vigentes y no atienda las opiniones que difieren de su pensamiento. Son reiteradas sus actuaciones de estilo dictatorial, y en sus intervenciones se evidencia cada vez más su deseo de desconocer las instituciones nacionales. Se comenta que el presiente Petro ni siquiera habla frecuentemente con sus ministros y, éstos, reciben las órdenes a través de personas de la íntima confianza del mandatario.

Ineficiencia: Es permanente la crítica por la incapacidad del gobierno de ejecutar el presupuesto nacional en rubros cruciales para la economía nacional, y el desgreño que acusan numerosas entidades oficiales a lo largo y ancho del país. Hay entidades de gran importancia nacional que permanecen acéfalas por la falta de designación de sus directivos.

Burocratismo: Es evidente la afanosa tarea de nombrar en ministerios, institutos y agencias del estado a activistas políticos sin importar su preparación o idoneidad, no sólo en cargos directivos sino en miles de empleos de todos los niveles. Igualmente, hay un notable interés por designar a personas politizadas en juntas directivas, como la de Ecopetrol. Los gastos de funcionamiento crecen exageradamente a costa de las inversiones productivas.

Corrupción: El gobierno del cambio prometió en campaña acabar con la corrupción oficial, oferta que llevó a muchos colombianos a votar por él. Pero, contrariamente, los escándalos que rodean a la familia presidencial, los casos de flagrante corrupción en algunas entidades, los subsidios a los jóvenes delincuentes, la laxitud con los grupos ilegales, todo esto ha generado un clima de preocupante inmoralidad.

Retroceso de la economía: Los datos ampliamente conocidos del decreciente desempeño económico del país demuestran la mala orientación gubernamental del desarrollo nacional. Pareciera que al presidente Petro no le preocupara el éxito de su gobierno y estuviera dedicado, casi exclusivamente, a acumular recursos para financiar las elecciones del año 2026.

Irrespeto al Congreso: Una de las críticas más severas que se hicieron desde la oposición petrista fue el reparto de “mermelada” para que congresistas sin escrúpulos votaran a favor de los proyectos gubernamentales. Pues, asombrosamente, esa es la práctica más extendida para que se aprueben las reformas presentadas por el ejecutivo a las cámaras, encaminadas a que los grandes recursos económicos de los sistemas de salud y pensional, principalmente, sean administrados por este gobierno con criterio electorero.

Desmejora de la Fuerza Pública. Toda la nación ve con estupor que las fuerzas militares y de policía cada día son disminuidas u obligadas a permanecer inactivas. Mientras los grupos ilegales avanzan en todo el territorio y se adueñan de municipios enteros con acciones amenazantes y retadoras, los soldados y policías son ultrajados, obligados a retirarse, humillados, de las áreas en las que actúan, mientras al ministerio de Defensa parece no importarle estos desafueros.

ramirezperez2000@yahoo.com.m

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