Colombia lleva más de mes y medio de parálisis y no se vislumbran salidas. Andamos en la peor de la incertidumbre desde hace muchos años. El Comité del paro se ha reunido en varias oportunidades con el gobierno y no hay avances, y menos ahora con esas inoportunas e insensatas declaraciones del presidente de Fecode, Nelson Alarcón, en cuanto señala sin recato alguno, que la realidad de los motivos de la parálisis de su actividad es apuntarle a las elecciones del 2022 para ganarle al Centro Democrático. Si hay un problema adicional en este paro es la mediocridad de muchos de quienes asumen como líderes de los sindicatos. Andan desfasados, en otro mundo, no representan a los jóvenes. Qué irresponsabilidad la del presidente de Fecode con esas impresentables declaraciones. ¿Y qué sucederá el próximo año con el paro si no derrotan a Uribe?
Cuando existe un conflicto o una controversia que una mesa de negociaciones debe entrar a definir necesariamente deben definirse con seriedad previamente los temas a tratar, puntuales y precisos, sin caer en ancestrales o inmanejables; además quienes participen de la conversación deben tener credibilidad para llegar a una solución posible. Semana a semana los colombianos afectados vemos frecuentemente que se reunió el Comité del Paro, y da la impresión que el gobierno en algún momento está adelantando una estrategia de “desgaste”, y ahora por el otro lado con estas declaraciones conceptualmente y políticamente estúpidas y demenciales del presidente de Fecode, porque si ahora los paros van a estar unidos a las elecciones del 22, pues entramos a la “tormenta perfecta”.
Varios sectores aseguran que las pérdidas que ha generado el paro se acercan a 11 billones de pesos, que corre el riesgo de pérdida de más de 800 mil empleos, y si con una mesa de conversación que no avanza, en donde no existe credibilidad para la concertación, y ahora varios de los sindicatos salen con que muchos de sus intereses son políticos electorales, pues nos llevó el caos, el desespero para muchos, el hambre y la frustración. ¿Qué pensarán los jóvenes hoy en día, aquellos 3.300 jóvenes que ni estudian ni trabajan, que no ven ningún futuro, muchos de ellos que ven cómo no alcanza el dinero en sus casas, cuando escuchan a un presidente sindical torpe y arrogante diciendo que su real propósito es derrotar a Uribe en el 22?
Una de las peores horas inimaginables que hemos vivido en el país en los últimos años, con una pandemia que tiene sus picos más altos por todo el país, la economía por el suelo, una mesa de diálogo que no avanza, con unos sindicatos perdidos y con unas elecciones a la vista frente a la cual no se avizoran horizontes ni liderazgo. Me queda alguna inquietud de qué competencia podría llegar a asumir una entidad como el Ministerio del Trabajo frente a la desfachatez del director de Fecode, que ayer ante la reiteración de la pregunta por varios medios de comunicación le insistían si eran ciertas sus afirmaciones de intervención en política con el paro. Le pasaron el micrófono y no dudó en momento alguno. Creo que el derecho sindical y de protesta constitucionalmente no puede llegar hasta allá, a que exista esa forma de manipulación abierta y descarada. Habría que analizar ¿qué tipo de facultades tiene el gobierno para remover del cargo de presidente de Fecode a un desquiciado como Nelson Alarcón? Finalmente este es un asunto en el que están en juego no solo los intereses de un gremio, sino el futuro económico y social de un país.
Hay que reaccionar frente a un despropósito de estos de Fecode, quienes como mínimo, por ponderación y respeto deberían estar promoviendo la remoción de su infortunado presidente.