No es nada nuevo decir que Cúcuta necesita hacer obras nuevas por el sistema de valorización, pero en lo que no podemos caer, es en desarrollar algunos proyectos que hoy en día ni siquiera son conocidos de manera suficiente por la ciudadanía, cuando resulta ser muy incierta su conveniencia como por ejemplo la cicloruta de la Gran Colombia por un costo quince mil cuatrocientos millones, de si esa la obra que necesita la ciudad en este momento.
Cualquier cucuteño sin necesidad de tener conocimientos de urbanismo, de lejos sabe que de las obras que hoy requiere la ciudad con urgencia son las que tienen que ver con movilidad, como el intercambiador del terminal o el cruce entre la Gran Colombia con diagonal. Como está en este momento la ciudad, no nos podemos dar el lujo de improvisar, de”chamboniar “, de hacer las cosas a las carreras que enriquecen a algunos pero dejan frustrada a la ciudad.
En las pasadas megaobras todavía hay dudas de si por ejemplo, de haberse hecho un estudio previo de movilidad vehicular, habría sido más pertinente el puente de San Mateo haberlo hecho para descongestionar la Libertad que la vía a San Antonio. El puente de Guadua que fue una obra importante, hace rato se quedó corta en su flujo. Quizás el mayor fiasco en obras recientes para la ciudad es el mirador “Cristo Redentor”, que se presentó como un mirador turístico y hasta la presente muy pocos cucuteños ni siquiera la conocen. En la pasada semana santa entiendo que llegaron, pero abejas a montones.
Se han hecho inversiones como en el parque del Palacio Nacional, que hoy en día por cuenta de la desbordada inmigración que recibimos a diario, lo que iba ser embellecimiento, hoy en día transitarlo resulta ser deprimente. Por lo menos la alcaldía debería recuperar ese parque. La valorización es el pago que debe hacer un ciudadano por el mayor valor que obtiene su inmueble por una obra pública que lo beneficia, que valoriza su casa por ejemplo. Hoy en día el cobro de valorización presenta varias irregularidades, como el aumento de la tarifa que aprobara en su momento el concejo municipal en el plan de desarrollo de Cúcuta.
Unas fueron las tarifas aprobadas en ese momento, y otras las que están llegando en los recibos de valorización.
Aún existen dudas sobre el intercambiador del terminal, de si esa obra le corresponde es hacerla a la concesionaria de San Simón. Es decir, hoy en día los cucuteños están recibiendo un recibo de valorización por el beneficio supuesto de unas obras sobre las cuales hay incertidumbre de si se hacen o no, existen dudas sobre sus costos reales, de su pertinencia. Cómo es posible que en la cicloruta de la Gran Colombia, a la fecha, no se le haya hecho ninguna consulta a la comunidad? O como me lo decía mejor un taxista quien vive en el barrio Zulima, quien me mostraba su recibo de valorización por un valor cercano a 500 mil pesos, y desde luego que no podía entender como la cicloruta de la Gran Colombia puede valorizar su casa. Los cucuteños sabemos y estamos dispuestos a pagar valorización pero no que nos quede la sensación de que nos están sacando la plata del bolsillo de cualquier forma.
El espacio de una columna es muy corto y no hay espacio para mayores análisis jurídicos, porque otro tema sobre el que debe haber claridad es el impuesto predial. Hoy en día es urgente que a la ciudad se le haga una actualización del valor de los inmuebles pero a la baja, teniendo en cuenta la crisis social de Cúcuta, porque hoy en día en muchos casos el valor catastral de muchos inmuebles superó el comercial, y eso está prohibido en la ley. Si el predial baja, la valorización también.
Hagamos obras Señor Alcalde, pero hagámoslas bien, sin improvisaciones, sin afanes, con cuentas claras, que las noticias de la ciudad cada día preocupan más. De hecho un organismo internacional señalaba que en algunos años, como van las cosas con el tema de la inmigración venezolana, Colombia tendría que sortear una inmigración peor que la que hoy en día vive Siria.