Cada administración define sus prioridades en materia de movilidad, con base en el conocimiento de sus funcionarios o copiando algunas experiencias de otras ciudades y la verdad, sea lo uno o lo otro es bienvenido siempre y cuando lo hagan bien.
Hace unos meses, la parte céntrica de la ciudad, en particular la Calle10 entre Avenidas Cero a 7, fue objeto de la sustitución de la carpeta asfáltica por productos en cerámica para la construcción de pasos peatonales y luego de recibir fuertes críticas por los costos y por lo innecesario de la obra, no se conoce a ciencia cierta para qué sirven o qué se pretendía mostrar a la ciudadanía.
Ahora, con bombos y platillos se han publicado imágenes relacionadas con la pintura de pasos peatonales en 3D sobre la Avenida Los Libertadores y luego de observar el trabajo personalmente, concluyo que lo ejecutado dista bastante de lo que es realmente la “Tercera Dimensión” toda vez que aplicar colores sobre el asfalto no significa que logre el efecto y en cambio deja en el limbo la verdadera intención del responsable de la idea, aunque se debió pensar primero en campañas de sensibilización relacionadas con la prohibición del uso del celular mientras se conduce, la prohibición de transportar menores de catorce años en motocicleta, por cuanto se volvió costumbre arriesgar la vida de los menores y muchas otras que son un saludo a la bandera.
No hay la menor duda que existe total desincronización entre el Área Metropolitana, la Secretaría de Infraestructura y la Secretaría de Tránsito y lo único que se percibe es el afán de comprometer los recursos a como dé lugar, así los mismos no obedezcan a las verdaderas necesidades y de ahí que mientras uno sustituye la carpeta asfáltica por ladrillos, la otra no para de publicar en las redes la insignificante inversión en mejoramiento vial y el otro decide instalar estoperoles y lo que él considera dibujos en 3D, mientras tanto la ciudadanía clama por jornadas de parcheo en la vía que escojan porque todas están en pésimas condiciones.
Me parece que iniciaron, siguen y terminarán despistados, creyendo que la ciudad está lista para el 2050 cuando la realidad es muy diferente y es algo que hemos soportado todos los conductores, que entre otras cosas, seguiremos siendo testigos de los terminalitos en varias vías arterias y el “chaleco” que imponen varias empresas de transporte público tipo bus, al estacionar sus unidades en donde les parezca más fácil, y de respeto a las señales de tránsito muy poco o nada.
Concluyo que se debe revisar el objeto contractual de las obras relacionadas con la señalización horizontal puesto que lo existente a la fecha no corresponde a 3D por ningún lado y eso se podría corregir antes de recibir la obra formalmente y además, no colocar estoperoles en la única vía transitable solo por gastar recursos, dado que se trata de una vía rápida que no aguanta decisiones que carezcan de simple lógica.
Finalmente, definir para el interminable 2023, actividades lúdicas que ayuden a mejorar las pésimas costumbres ciudadanas, como quiera que lo realizado no tiene mayor visibilidad.