Lo que nos faltaba. Ahora resulta que cerca de 7.800 estudiantes perdieron sus becas por cuenta del fallo del Consejo de Estado que anuló la estampilla pro desarrollo fronterizo. La verdad no les creo mucho a los funcionarios de la gobernación que difundieron esa noticia sobre las consecuencias del fallo adverso del alto tribunal. Tengo más la impresión que la gobernación es un mal perdedor, que inicialmente, ante el conocimiento de la sentencia que no los favorecía de la justicia, alcanzó a tomar un camino torticero expresando que a ellos no les aplicaba la sentencia. Por supuesto que la gente “no se comió el cuento” y las reacciones en contra no se hicieron esperar, y ante las evidencias, ahora los platos rotos los pagan los estudiantes. Carajo, ahora que está que cae Maduro por allá, por aquí debería caer más de uno a ver si se arreglan las cosas!
Y es que la respuesta en términos de derecho es muy sencilla: si fuere cierto que la estampilla pro desarrollo tuviere un fin tan loable como el de financiar becas para estudiantes más pobres de los estratos 1 y 2, pues ese argumento debió de haberse sustentado en el Consejo de Estado y la estampilla no se habría caído. Así de simple. En la constitución nuestra en su mismo primer artículo aparece la consagración del Estado colombiano como de carácter social, como una de las razones fundamentales de existencia del mismo, y por lo tanto, tratándose la educación de una de las tareas más importantes que debe garantizar el Estado, pues la estampilla no debió caerse.
Entonces, no quedan sino dos caminos posibles: o la gobernación en el proceso no se defendió bien, o ahora con la evidencia del fallo en contra, como malos perdedores, la entidad equivocadamente toma el camino de cobrársela a los estudiantes más pobres. Así es imposible que esta región salga adelante. Pareciera como si nuestros gobernantes deliberadamente se pongan de espaldas a la realidad y no tengan presente la emergencia que vive la frontera por estos días, en la que aún nadie sabe qué puede pasar con Venezuela en los próximos días. Desde una guerra civil hasta un atrincheramiento de Maduro, al estilo de Bashar en Siria, con todas las consecuencias que le puede traer a Cúcuta y la región.
Nos da la impresión que a mucha de nuestra clase política el único interés que le asiste es en este año electoral mantener el poder al precio que sea, sin interesarle esa situación de emergencia que vive la ciudad, desatendiendo que el viernes pasado en la Parada hubo tiroteos. Lo importante es ganar las elecciones en octubre, y así los estudiantes no puedan estudiar por falta de becas. Eso no interesa. Lo importante es al estilo Maduro, ganar electoralmente, disfrutar de todas las prebendas de ese poder, y que los platos rotos los paguen otros.