¿Se prepara Venezuela por todo lo alto para la gran parada militar con motivo de la iniciación del nuevo periodo presidencial de Nicolás Maduro (2019-2026), el próximo 10 de enero? Luego de ver la alegría del mandatario mirando al cielo, mientras arribaban los dos bombarderos supersónicos rusos “Cisnes blancos”, enviados por el presidente Putin como una demostración simbólica de apoyo al gobierno venezolano, no queda duda.
Aunque para Maduro mirar para arriba es una constante debido a la fuerte subida de los precios, teniendo en cuenta que, cuando llegó al poder el 10 de enero de 2014, la inflación que apenas alcanzaba el 6 por ciento, este año sobrepasa el millón por ciento. En este mismo periodo, el precio del dólar en el mercado paralelo pasó de 80 bolívares a 700 bolívares soberanos. Vale recordar que desde agosto circula el bolívar soberano tras la eliminación de cinco ceros al anterior billete.
Pero mientras la devaluación, la inflación y la divisa americana no paran de subir, el petróleo que, se cotizaba a 100 dólares al principio de 2014, hoy el precio del barril apenas llega a 54 dólares. Mientras hace cuatro años Venezuela exportaba 2.700.000 barriles por día, actualmente exporta 1.130.000 barriles diarios.
Y en este oscuro panorama el programa de recuperación económica de la República Bolivariana ha fracasado y, como consecuencia, cada vez se agudiza más la debacle de los servicios de salud, educación, agua, luz eléctrica, gas y gasolina. La inseguridad crece, el papel escasea y el éxodo masivo de ciudadanos aumenta cada día.
Todo indica que esta situación no permite al presidente Maduro saber dónde está parado y no ve lo que Dios le ha dado, por estar atendiendo a Diosdado. No de otra manera se explica que un país tan rico en recursos minerales, como petróleo, gas, carbón, oro, aluminio, acero, níquel, cobre, carbón, uranio, silicio, coltan y torio, viva en tan grave estado de pobreza.
Lo grave es que las perspectivas no son las mejores. Los aviones parirán, pero el mensaje queda.