Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, conocido como Mario Moreno, y más como Cantinflas, fue un actor y comediante mexicano, ganador del Globo de Oro en 1956. Nacido en 1911 y fallecido en 1993, filmó 76 películas que sirvieron para solazar el espíritu de los hispanoparlantes en buena parte del siglo pasado. Varias son las películas que aún hoy son recordadas como excelentes obras del séptimo arte.
Entre esas obras, puedo decir que hace 42 años vi por primera vez “El ministro y yo”. Digo por primera vez porque en mi vida he repetido verla unas cien veces más. Hasta en mis clases la he mostrado a mis estudiantes. Esto porque con el maestro Cantinflas se aprendía y aprende, en cada uno de sus films.
En el extracto de este film, Cantinflas explica qué es la burocracia. Dice algo así: “Si señor, ustedes, tienen un concepto muy equivocado de lo que es la burocracia. Saben de donde proviene esa palabrita, buro del francés bureau, que en español quiere decir, escritorio y cracia del griego cratos que significa, poder. En otras palabras, es decir, ustedes, ejercen el poder desde los escritorios”, mencionaba el actor.
Asimismo, enfatizaba en este discurso que en ocasiones la culpa de la burocracia no es de los trabajadores públicos, si no de los superiores. “Pero no toda la culpa es de ustedes, no, si ustedes son buenas gentes. La culpa más bien es de sus superiores, de jefes como usted y de muchos como usted que son aves de paso que no han sabido inculcar en los empleados públicos, el verdadero sentido de la burocracia y la responsabilidad que ésta encierra, porque las fallas en la administración frenan el desarrollo, el progreso, la democracia”, destacó.
Del mismo modo, en este fragmento Cantinflas indicaba lo qué debe ser la democracia y por que todos dependemos de todos. “El poder del pueblo por el pueblo y aunque ustedes también son pueblo, se olvidan de los que están ahí afuera, de los que esperan, de los que hacen cola como éstos, que también son pueblo; y que ellos dependen de ustedes pero ustedes también depende de ellos porque ellos al pagar sus impuestos, sus contribuciones, están pagando los sueldos de todos ustedes. Sus vacaciones, sus servicios médicos y sus jubilaciones. En otras palabras, todos necesitamos de todos”, afirmaba el icónico humorista mexicano.
El discurso de Cantinflas y su película “El Ministro y yo” es una verdadera radiografía de la situación cucuteña, colombiana y seguramente latinoamericana y una crítica acerva para los políticos, los jefes y los empleados, quienes fungen como funcionarios públicos. En palabras de los que saben, “la relación entre la democracia y la burocracia es relativamente sencilla: el proceso político democrático define los propósitos de los gobiernos y el aparato burocrático asegura su cumplimiento”.
La burocracia está representada también en el exceso de normas, trámites y papeleos que dificultan o complican las relaciones del ciudadano con la administración y retrasan la solución de los asuntos.
Ese exceso no justifica la ineptitud de los funcionarios que atienden los asuntos administrativos. Muchas veces se explica por la falta de “engrase” de las maquinarias burocráticas. Por esto, en la burocracia está buena parte de la corrupción que nos corroe y que en muchos casos está representada en términos monetarios.
Partiendo de la base de la claridad, efectividad y eficiencia que deben caracterizar a los gobiernos democráticos, sin querer echarle vainas a nadie, ni ofender a los jefes (designados por pertenecer a grupos políticos), ni a los mandos medios e inferiores, no se comprende, como en la película de Cantinflas, que “todos somos pueblo” y “todos necesitamos de todos”. Es inconcebible que existan funcionarios que traten al público con una displicencia que raye en lo despectivo y que procuren “colocar el mayor número de talanqueras” para que se dilapiden los tiempos y se humille cada vez más a quienes solicitan “sus servicios”.
Más relaciones públicas, más preparación académica, más solidaridad y una buena actitud en la atención, seguramente hará que mejoren los tiempos de los procesos, la eficiencia de los trabajadores y los resultados buscados en la administración.