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Mal comienzo de Mockus
 No creo que era el mensaje que debía recibir el congreso y el país.
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Sábado, 21 de Julio de 2018

El viernes en la instalación del Congreso no dejaban hablar a su presidente, seguramente tenía cosas importantes por decir sobre los temas de la paz y la economía, pero ninguno de los congresistas lo escuchaba, y ahí sale uno de sus integrantes, de los de mayor votación en el país, líder de la oposición, y Antanas Mockus para supuestamente “ponerle orden a la sesión”, vuelve a hacer lo que hizo hace algunos años en la universidad nacional, bajarse los pantalones. No creo que era el mensaje que debía recibir el congreso y el país, y menos con los problemas de los que debe ocuparse en este momento el cuerpo legislativo. Eso de bajarse nuevamente los pantalones, que pudo tener otro significado en el recinto de la universidad nacional en otros tiempos, hoy es un mensaje trasnochado, fuera de contexto, trivial, que ya no le llega al país. Fue un mal comienzo de Mockus.

Ahora, si se trataba de mostrarle el trasero al congreso y al país por todos los medios de comunicación, un país que sigue viviendo en el día a día tantas dificultades, habría sido mejor y refrescante ver el de Sofía Vergara o el de Alejandra Omaña que en alguna ocasión lo hizo con la camiseta del Cúcuta deportivo en la revista Soho. Traseros mucho más estéticos y sensuales que el del senador del partido verde que hasta principios de hemorroides puede llegar a tener.

En algunas ocasiones he votado por el partido verde, comparto muchas de sus ideas y aptitudes en el tema político. Pero del senador Mockus hay que decir que incluso el Consejo Nacional Electoral fue muy magnánimo, excesivamente laxo en la interpretación sobre su supuesta inhabilidad, que a primera vista, lo que vimos muchos, es que Mockus sí estaba inhabilitado al evidenciarse que su fundación había suscrito un contrato seis meses antes de su elección como senador. Eso de que él era el representante legal pero no ejecutó el contrato, es un argumento traído de los cabellos.  Muy probablemente en muchos otros casos el CNE ha declarado esa inhabilidad, y ahora, seguramente por tratarse de Mockus, de uno de los senadores más votados en el país, las autoridades electorales se “arrugaron”, y dejaron pasar la inhabilidad. Ese tampoco fue un buen comienzo para Mockus.

El riesgo de actitudes como la de Mockus en el congreso, la de bajarse los pantalones o la de echarle un vaso de agua al interlocutor como en alguna ocasión lo hizo con Serpa, es frivolizar un debate. Es como si en el fragor de un debate de la paz sobre el asesinato sistemático de líderes sociales, sale uno de sus congresistas con una respuesta como esta, y hasta ahí llega el debate. Colombia tiene unos problemas muy graves en el tema de economía, en violencia, en sus relaciones con Venezuela, y uno de los órganos encargados de esa labor – entre otras cosas, felicitaciones y muchos éxitos de Alejandro Carlos -, debe tener la garantía y seguridad que los debates deben hacerse con la altura y la seriedad que se requiere. Por ahora, hay que sacarle tarjeta roja al senador Mockus porque es un mensaje trasnochado que no le dice nada al país.

 

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