La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Mientras imaginamos un sueño…
Se vuelve música, palabras, lienzos para recogerlo en pinceles
Authored by
Lunes, 5 de Agosto de 2024

La estética habitual de la nostalgia enseña que el arte no se aprende, sino se siente, porque el destino lo va nutriendo de aquella belleza que sólo las ilusiones tienen y de un tiempo sabio, neutro, sin plazos, ni distancias.

Se vuelve música, palabras, lienzos para recogerlo en pinceles, barro o metal para resolver los dilemas de la geometría y caminos que llegan, como peregrinos, anhelando un paisaje bonito donde descansar su poema.

Simplemente ocurre, espontáneo y fascinante, misterioso como un primer día de marcha, con la libertad a su lado, el viento susurrando ecos de perfección y la luz titilando, con intervalos sublimes, en la intimidad del alma.

El arte es armonioso e ideal -como el amor-, actor y espectador, a la vez, para que su leyenda perdure en la espiritualidad y el don intelectual de pensar se integre a la eternidad, mientras imaginamos un sueño con ojos lejanos.

Se siembra en la solemnidad del silencio como una sombra de la consciencia, con la fertilidad de la memoria cosechando sentimientos y profetizando, bondadosa, un porvenir dibujado de azules, como un instante sin fin.

Conmueve, consuela, enamora, juzga, perdona, redime, promete, inspira, recuerda, olvida, nos acompaña como el mar, la aurora, el crepúsculo, la montaña, el río, el horizonte, la soledad y lo sagrado…para deleitarnos con el privilegio de soñar.

Y, cuando su fantasía deja de emocionarnos, se recoge en sus alas quebradas y huye a lo invisible, busca en los colores de las mariposas nuevas querencias para fecundar, como un colibrí sonrojado, la flor de otra esperanza.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios  https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día