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No aprendemos
Me refiero, otra vez, al sistema de justicia. Todas las reformas hechas a propósito del proceso de paz.
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Lunes, 13 de Marzo de 2017

Se dice que el hombre es el único animal que se da el lujo de no aprender. Mientras los demás animales aprenden para sobrevivir, el hombre lo hace por gusto. Y así como aprende por lujo, también se da el lujo de no aprender.

Me refiero, otra vez, al sistema de justicia. Todas las reformas hechas a propósito del proceso de paz, el Fast Track, el etcétera y los miles de etcéteras que vienen con el tema se han desaprovechado, ya que en ningún momento se ocuparon el Gobierno, ni el Estado, ni las Farc, ni nadie, por mejorar la administración de justicia existente; se crearon, eso sí, nuevas cortes, nuevas jurisdicciones. Pero no se mejoró, ni un ápice, las existentes.

Y ya suenan las campanas de paro judicial. El lunes, según entiendo, entraron los jueces de ejecución de penas en paro. ¿La razón? La de siempre, la de ahora, la de hace años, y la que se usará en años: que hay tanto trabajo, que no pueden trabajar.

Les llegaron, a los señores de los juzgados de ejecución de penas, las amnistías e indultos de la guerrillerada. Les llegó tanto trabajo, que no pueden trabajar. No hay con qué trabajar, mejor dicho.

La cosa es muy penosa, porque se creó todo un sistema de justicia – la JEP- para las Farc, y demás. Pero, ¿el resto de colombianos?, ¿los otros 48 millones que no estamos, ni estaremos dentro de la JEP? ¿No merecemos, acaso, justicia?

En fin, aprendimos a hacer la paz con las Farc (otros dirán a que no es paz y que nos estamos tragando sapos), pero no aprendimos que la cosa empieza por poner la casa en orden.

Antes de la JEP, y los magistrados importados y la fanfarria y esto y aquello hemos debido haber dotado de herramientas a nuestra justicia, a la “criolla”. La que está llena de héroes, silenciosos, los que han desmantelado los falsos testigos, los que han acorralado a las bandas criminales, los que se la juegan a fondo por La Guajira y por las Yulianas de este país. ¿Y para ellos nada?

Nada más grave, ni más doloroso, que tratar de segundones a los jueces.

Ahí están los señores del Consejo de Estado y de la Suprema de justicia, haciendo parte del proceso de confección de la JEP. Deberían haber defendido con más ganas a los jueces y los recursos que éstos necesitan.

Pero no aprendemos.

Vamos inventando la rueda, cuando ya la habían inventado otros.

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