Aportando cifras y datos precisos escribía por estos días el ex ministro Guillermo Perry que hacia el 2016 Venezuela podría entrar en cesación de pagos, seguida de una hambruna que sufriría la población, todo como resultado del mal manejo de las finanzas y las riquezas que en otros tiempos   tuvo el vecino país.

El chavismo quebró a Venezuela. Lastimosamente ese ha sido el resultado de más de 15 años de una revolución socialista, que no fracasa por sus ideas, fracasa por la incapacidad e incoherencia de sus gobernantes para adelantar una gestión de gobierno. Y como si ello no fuera suficiente, las decisiones torpes continúan como la que acaba de tomar el presidente Maduro del cierre indefinido de la frontera “ hasta tanto se restablezca la situación social y económica del país”, como lo anunció a través de todos los medios el mandatario. La torpeza de nuestro nuevo mejor amigo como se le llamó en alguna ocasión, no puede ser mayor. Venezuela naufraga.

Todos sabemos que las decisiones del presidente Maduro están motivadas por el temor que tiene el chavismo de perder las elecciones en diciembre próximo, y seguramente el interrogante que surge ahora, es hasta dónde podría llegar Maduro con estas medidas demenciales que tienen un propósito electoral, apoyándose en su campaña en exacerbar un nacionalismo en contra de Colombia como única estrategia que le permita ganar las elecciones de los próximos meses.

Aún recordamos aquellas frases de guerra de Chávez cuando ordenó desplazar batallones y tropas a la frontera en sus días de tensión con el presidente Uribe.

Ahora que por estos días volvimos a tener el escenario de Expogestión, una de cuyas principales preocupaciones es la suerte y futuro de la frontera, no podría tener una coincidencia más desafortunada que las medidas de excepción y cierre indefinido decretadas por la República Bolivariana. De verdad que lo que más debería preocupar tanto a los venezolanos como a nosotros, más que las dificultades económicas de la región, es la torpeza de Maduro.

Finalmente es un mandatario que un su desvarío aún puede hacer mucho daño. Hasta dónde, aún no lo sabemos.

Y en medio de esta crisis, Cúcuta y la región sufriendo el impacto de la crisis. Ojalá que no llegue a suceder, pero de ser cierto la cesación de pagos y una posible hambruna hacia el próximo año en el hermano país como lo pronostica el ex ministro, nuestro futuro como frontera, ciudad y región sería muy grave. Ojalá que en el próximo encuentro de presidentes, Maduro entienda que de verdad debe tomar decisiones como nuestro mejor amigo que históricamente debemos ser, y no seguir con actos demenciales y torpeza que lo único que garantizan es el atraso.

P.D. Mejor homenaje en memoria de nuestro amigo Miguel Ruiz, ex profesor de la Universidad Libre de Bogotá, no pudo ser que con el encuentro musical que ayer se le hizo en la población de Guane.