Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos se han puesto a prueba el papel y la fortaleza de diferentes organismos internacionales. En su debut en la Organización de la Naciones Unidas-ONU-, el 17 de septiembre de 2017, el mandatario estadounidense aprovechó para criticar su burocracia y mala gestión y defendió el hachazo a sus presupuestos. Las recriminaciones y rechazos de parte y parte han sido constantes.
Luego vino el anuncio de Trump de abandonar el Acuerdo Climático de Paris como estrategia para proteger a los trabajadores de un impacto devastador. Según Trump, el Acuerdo es una conspiración global para redistribuir la riqueza de Estados Unidos a otros países.
La intransigencia del mandatario estadounidense se perfila, además, como un desafío vital para la Organización de los Estados Americanos-OEA. Ante la falta de respuesta a las constantes peticiones en busca de una solución para las familias de inmigrantes por parte del gobierno norteamericano, la OEA acaba de votar una resolución contra las políticas de Trump.
Ahora el turno es para la Organización Mundial del Comercio-OMC. Ante la imposición de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos y el anuncio de su extensión, la OMC ha estado al frente de las denuncias internacionales, pues es la única organización que desde 1995 se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países.
Pero Trump ha prestado poca atención a los reclamos por considerar que la OMC ha tratado muy mal a Estados Unidos durante muchos años y por esto anunció que va a “hacer algo” para lograr un trato adecuado. Según el portal Axios, para fortalecer la protección a su país el presidente norteamericano planea presentar una ley al Congreso que le autorice fijar aranceles a los productos importados a voluntad, lo que alejaría al país de las reglas fundamentales de OMC.
Ante las protestas de la Unión Europea y la advertencia de que Estados Unidos podrá perder 290.000 millones de dólares por aranceles y poner en riesgo cerca de 500.000 empleos, Trump ha respondido que “La Unión Europea es tan mala como la China en el ámbito comercial”. “Tenemos un déficit de 150.000 millones de dólares del año pasado con La Unión y además estamos gastando una fortuna en la OTAN para protegerlos”.
En la pasada Cumbre del G-7 Trump reclamó el retorno de Rusia, expulsada a raíz de la crisis de Ucrania, para lo cual solo contó con el apoyo de Italia. Trump ordenó retirar el apoyo al comunicado final de la Cumbre del G-7, como respuesta a las declaraciones del primer ministro del Canadá, Justin Trudeau, quien dijo en rueda de prensa que los aranceles estadounidenses al aluminio y al acero eran un insulto a los canadienses. Esto parece no tener fin.