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Cada día que pasa estamos pendientes de las noticias para saber que decisión tomó el presidente de Venezuela.
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Domingo, 13 de Septiembre de 2015

En alguna ocasión que vino a Colombia Jorge Luis Borges a finales de los años 80, en una entrevista expresaba una frase de su hermana, señalando que cada vez más las personas deberían hacer el esfuerzo de decir cosas que a los otros les produjeran alegría.  

Nada más cierto para lo que está sucediendo hoy en día en donde ya comenzamos a cansarnos un poco de las insensateces de Maduro.

Cada día que pasa, cuando nos levantamos, estamos pendientes de las noticias para saber que nueva estupidez o decisión absurda tomó el presidente de la república Bolivariana el día anterior.

Y lo que es peor es que esos días de desconcierto pueden prolongarse por varios meses más. Por eso resulta mucho más agradable, como decía Borges, que seguirle la pista a una noticia de hace algunos meses, como la del sur de Italia en la que los padres de una chica que no querían que su hija siguiera viéndose con el novio, pues este no tenía dinero, la enviaron al  norte muy lejos de su amado.

Y este, quien efectivamente  no tenía medios económicos alguno, toma su bicicleta y recorre todo el país hasta que se encuentra con su prometida, y la lleva a la iglesia en la misma bicicleta. Sí claro, mucho mejor esta historia que escuchar hablar al atorrante de Maduro.

Desde hace muchos años, y en la literatura siempre ha habido una discusión si en la vida es más importante la levedad que la rigidez. Ya los griegos hablaban de eso.

Por ello a comienzos del nuevo milenio una universidad norteamericana le propone a un intelectual, Italo Calvino, que comenzando el nuevo siglo le hablara a los jóvenes sobre el tema que él quisiere, pues le decían en la invitación, no es corriente que cualquier persona en la historia del hombre viva el momento en que comienza un nuevo milenio.

El escritor italiano, un tanto desconcertado sobre el tema a hablar, no duda en disertar que en la vida es mejor la levedad que la rigidez, y cuando se refería a esta última, citaba como ejemplo que para una sociedad no había peor forma de rigidez que la estupidez que hacen muchos políticos, como Maduro.

Por eso, en estos momentos, como decía Borges, hay que tratar de hacer esfuerzos para resaltar también lo que es más ligero, lo que nos da alegría, como la del novio que le promete a su novia atravesar toda Italia e ir a buscarla en una bicicleta, y llevarla al altar.

Si, en definitiva eso es mucho mejor que prender un televisor y escuchar a Maduro.

De esas cosas también escribió el escritor checo Milán Kundera en la insoportable levedad del ser.

Decía Kundera, que desde los griegos, se decía que la levedad es positiva, mientras el peso es negativo.  Es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad, se preguntaban desde esos años los griegos.

“La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra”, se respondían. Nada más cierto y real, y si existe alguna duda, no es sino por estos días prender un televisor y seguir escuchando a Maduro.

Como decía Borges, hay que hacer el esfuerzo de hablar de cosas ligeras y que nos den alegría, y por ello la historia del enamorado italiano es mucho mejor.  

 

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