Una vez transcurridas las elecciones para congreso del 11 de marzo y las de la primera vuelta del pasado 27 de mayo, muy en su estilo, el exalcalde Ramiro Suarez salió a decir “El último palo que nos queda para ahorcarnos, es unirnos a la campaña de Iván Duque”. Se sabía que el exmandatario se la jugó ahora en mayo por el candidato Germán Vargas Lleras con el catastrófico resultado no solo aquí, sino en todo el país. Ahora, como dicen muchos que la política es dinámica, hay que subirse lo más rápido que se pueda al bus ganador que en las cuentas de muchos es Duque. Hay que hacerlo rápido, y para muchos perdedores de otras campañas hoy se le ve apresurados tratando se sacarse una foto, ir a una sede política y esperar que alguien lo salude, cambiar de camiseta, hasta hablar mal del candidato que apenas hace un mes apoyaban. En fin, eso que llaman la dinámica de la política.
De hecho Cúcuta tiene muchos palos que la ahorcan. Por estos días pretendían ahorcar a cerca de 40.000 cucuteños que desde hace años tienen un carro de placas venezolanas, y ya tenían todo listo para empezar a incautar, multar y atropellar a la gente que tiene un carro o una moto del vecino país y que en muchos casos hace parte de su pobre patrimonio. Por ahí en redes sociales circula un infame una foto con la que pretendían mostrar como los que generaron ese caos a personas como Manuel Guillermo Cabrera, cuando todo lo contrario, ha sido uno de los contradictores públicos de ese controvertido decreto. Afortunadamente por fin el Gobierno nacional se acordó que Cúcuta existe, y aplazó los efectos de la medida hasta diciembre.
Otro palo que sigue ahorcando a los cucuteños es el del impuesto predial y la valorización, obras respecto de las cuales siguen las indefiniciones, la improvisación, la falta de claridad para la ciudadanía que entre otras cosas por ley tenía derecho a participar y opinar sobre la realización de las mismas. Esto no ha sucedido, pero la realidad en muchos casos es que son varios los contribuyentes que hoy en día están hasta embargados por predial y valorización. Quizás el palo que más ahorca ahora a la ciudad es el de la inseguridad. Si bien la administración trata de tomar las medidas que puede, la realidad es que la situación está desbordada lastimosamente por todo lo que nos viene del vecino país, que cada día crece, y esta ciudad que antes de la inmigración ya tenía sus propios problemas sin resolver, ahora es peor.
Y el palo que estaba ahorcando no solo a los cucuteños sino a todo Colombia, fueron los meses de esta larga campaña electoral, que ya se tornaba tensa y extenuante, que tenía frenada en muchos temas la economía y los negocios y a mucha gente en estado de paranoia. El próximo domingo Colombia elige presidente, se pasa esta página de las elecciones de 2.018, y ya tendremos oportunidad es de entrar a un espacio más grato, la de ver a nuestra selección Colombia, ojalá que con habilidad y buen fútbol “ahorque” poco a poco a los rivales que se encuentre a su paso.