No dejamos un día de pensar en la pandemia, los sospechosos, los diagnosticados, los que tuvieron que ingresar a la UCI y hacer un repaso a los números que nos hablan de los fallecidos. Tampoco dejamos de intentar estar al día sobre la evolución de la enfermedad, sus múltiples aspectos clínicos, complicaciones y probables tratamientos. No están fuera de nuestras consideraciones diarias los miembros del equipo de salud que deben encargarse de enfrentar la enfermedad junto a la cama del paciente, sabiendo los riesgos que corren de infectarse conociendo las cifras de los fallecidos en este grupo de alto riesgo.
A quienes atienden a los enfermos se les denomina héroes. ¿Cuál es el significado de esta palabra? Se considera que alguien es un héroe porque no manifiesta temor ante una situación adversa o peligrosa. Lo cual en el caso de los médicos y enfermeras no es cierto. En esta época de pandemia se hace su labor con miedo al contagio, a llevar la enfermedad a su casa, a enfermar de manera grave y también a no tomar las decisiones correctas en algunos casos. Llamar héroes o ángeles a los profesionales sanitarios que se encuentra en primera línea en la lucha contra la pandemia del coronavirus COVID-19, contrario a lo que se podría pensar, puede ser “problemático” y afectar psicológicamente, según revela un estudio publicado por European Health Journal.
Añade la publicación consultada: Esther Murray, de la Universidad Queen Mary de Londres, dice que denominarles de esta manera produce tensiones psicológicas por tener que elegir qué pacientes no recibirán soporte vital. “Decirles que son ángeles puede suponer un conflicto psicológico porque hace que parezca que se inscribieron para morir luchando contra el coronavirus, como lo hace un héroe, pero no lo hicieron”, “también hace que sea más difícil para ellos hablar sobre cómo se sienten realmente, porque las opiniones se polarizan: ¿eres un héroe o un cobarde?”
Aquí salta también el juicio ético ¿Si estoy en el grupo de riesgo debo dejar de tener contacto con los pacientes ante la posibilidad de adquirir la enfermedad? Soy responsable de mi familia y aún más si debo cuidar ancianos en casa, entonces ¿Debo dejar temporalmente el trabajo? Son interrogantes que generan más ansiedad. No es fácil ejercer la medicina en estas circunstancias.
Un relato en primera persona de un médico joven que convive con una persona mayor y tiene una enfermedad pulmonar lo lleva a hacer las siguientes consideraciones: La ironía es que, a pesar de que los trabajadores de la salud son “el pegamento que mantiene unidos al sistema de salud y la respuesta al brote”, según el director de la OMS, el 41% de los casos de la COVID-19 en Wuhan fueron resultado de una transmisión relacionada con el hospital. Los proveedores de atención médica tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad y propagarla. Se cree que el estrés laboral debilita su sistema inmune y el cuidado cercano e íntimo de los pacientes puede conducir a la exposición de una mayor carga viral. A pesar de realizar un trabajo desinteresado en nombre de sus comunidades, los trabajadores de la salud se han enfrentado al estigma social durante el brote.
Este médico que maneja una gran carga de ansiedad y todos sus colegas se preguntan también ¿Soy parte de la cura? O ¿Soy parte de la enfermedad? El dilema no se resuelve fácil. Por lo mismo es que no se necesitan calificativos altruistas, se requiere comprensión cualquiera sea el proceder del médico y todo su equipo de trabajo, todos intentan hacer lo mejor.