Definitivamente la escogencia de una carrera universitaria no debería hacerse, como su mismo nombre lo indica, a la carrera, pues al final nos vamos a dedicar a esa profesión durante mucho tiempo, a menos que luego las circunstancias de la vida nos obliguen a hacer otra cosa. Sin embargo, cuando terminamos el colegio, entrar a la Universidad dependerá de muchos factores, como el económico, la ciudad, la propia casa de estudios, etc., pero sobre todo la vocación. Así que, si pudiéramos estudiar lo que mejor nos parezca, ¿qué escogeríamos? Esa es una pregunta con la que siempre empiezo mis clases en cada nuevo semestre con los jóvenes que ya están a punto de graduarse de médicos, ¿Por qué estudió medicina? Y las respuestas son todas muy parecidas, aun cuando algunas no dejan de sorprenderme gratamente:
MI DESEO DE AYUDAR A LAS PERSONAS. Esta tiene que ser por obligación la primera consigna del estudiante de medicina. Es una carrera larga y sacrificada donde nunca se dejan de abrir los libros con la finalidad de aliviar el sufrimiento de las personas y cuando es posible, curarlas. Es la respuesta más frecuente, pueden existir otros motivos, pero ser médico lleva implícita esta directriz.
UN FAMILIAR ENFERMÓ CUANDO ERA NIÑO Y NO PUDO SALVARSE. Muchos jóvenes se inclinan a esta disciplina porque han perdido un ser querido y por supuesto no han podido hacer nada. Este ambiente de dolor y resignación logra despertar en ellos un deseo de conocimiento, que les obliga a pasar horas estudiando con la esperanza de descubrir los remedios a los males del prójimo, o por lo menos a aliviarlos.
EN MI FAMILIA HAY MÉDICOS. No siempre hijo de gato caza ratón, pero criarse rodeado de médicos puede influir en la escogencia de la carrera. A menudo se habla de enfermedades y pacientes durante las comidas o al llegar a casa, incluso uno de los estudiantes me comentaba que veía con sus padres series de televisión relacionadas con el tema, claro que, este es un punto controversial, pues si bien puede estimular al iniciado, también podría saturarlo y apartarlo de la vocación, pero por lo menos uno de los hijos se sentirá tentado a seguir los pasos de sus padres.
DE ESTO SE PUEDE VIVR. ¿Por qué no?, en cierto modo ser médico le permite a una persona acercarse a un salario digno, que le ayude a vivir cubriendo sus necesidades, otra cosa es si hay que trabajar mucho o en situaciones de riesgo, o si el sueldo es acorde al esfuerzo ejercido, pero una vez que la ley le da el visto bueno para tratar pacientes, se puede colocar un aviso en cualquier pueblo que diga: “Médico, se atienden adultos y niños”, y quienes no puedan pagar en efectivo aparecerán mostrando su gratitud con alguna gallinita o unos huevos.
CUANDO ERA NIÑO, LOS MÉDICOS ME PARECÍAN PERSONONAS MUY INTELIGENTES Y ESTUDIOSAS Y YO QUERÍA SER COMO ELLOS. Esta respuesta fue muy grata porque realmente es así, o por lo menos en apariencia. La imagen del doctor tiende a ir acompañada de conocimiento y dedicación; por algo eran tomados en cuenta para cargos políticos o de cierta relevancia, ya que, su honestidad se reforzaba con su pulcritud y su saber. De hecho, esto abrió otra discusión, al preguntar si actualmente esta impresión seguía manteniéndose entre la población, o por el contrario, no es lo que transmite el médico moderno.
Estas son las respuestas más frecuentes, pero todos empiezan con “quiero ayudar a las personas”, lo demás por muy importante que parezca siempre viene a ser secundario.
