El país hacia el próximo año enfrenta tres temas que marcarán mucho de su futuro hacia los años venideros: la aprobación del plebiscito, el manejo de la economía que tiene muchos nubarrones, y será el año en que se perfilarán los candidatos a la presidencia.
En el primero de ellos, sin duda que el presidente Santos se la jugará toda para la aprobación del plebiscito, incluida si aún queda algo de mermelada, cambio de ministros y lo que sea necesario porque su principal apuesta de gobierno no la puede perder.
Soy de los que creen que la paz en Colombia merece muchos sacrificios.
No imagino lo que podría venir políticamente para el país si ganara el NO, pues como en estos días sucediera ante una pregunta de un periodista inglés a Santos, en la que le interrogó que en caso de perder si él consideraba la opción de renunciar, ante lo cual el mandatario no tuvo con algo de perturbación, y eludiendo la incómoda pregunta, sino contestar que tenía la seguridad de ganar el plebiscito.
Creo que más que la aprobación del plebiscito, pues lo más seguro es que se gane, lo difícil viene después con la definición por ejemplo de las zonas en las que se recluirían los guerrilleros, la entrega de armas, y otra más, su participación en política.
En Indonesia las negociaciones para un proceso de paz con un grupo insurgente que significó darles una isla, tardó cerca de 16 años. Luego viene el tema de la economía.
Tiene tantos nubarrones que para el 2.016 ya los expertos señalan que no tenemos otra opción sino que con una nueva reforma tributaria el país se vea enfrentado a subir el IVA al 20%.
Con una economía mundial en la que sus principales promotores tienen dificultades, como China que presenta una ligera desaceleración y ya no compra tantas materias primas como antes, y los Estados Unidos que acaban de subir las tasas de interés que afectan todas las economías del mundo, nosotros tenemos un déficit fiscal más grande que lo calculado.
Ya en el Congreso le dicen a nuestro ministro de Hacienda, que como anda en campaña presidencial, mejor que renuncie porque no le está diciendo la verdad al país sobre el estado de las finanzas.
El hueco fiscal que tenemos es más grande que lo que imaginábamos.
En el tema de los presidenciables, Germán Vargas sin duda desde hace mucho rato ha tomado la delantera con la chequera de las megaobras que se hacen en el país.
Si hay alguien que tiene merecimientos por su trabajo y la seriedad con las que ha asumido las conversaciones de paz, es Humberto de la Calle.
En todo caso, el tema de candidaturas a la Casa de Nariño estarán marcadas por lo que suceda con el plebiscito y la economía.
Tendremos un 2.016 muy movido y con muchas incertidumbres y retos en estos tres temas.
Para Cúcuta nuestras mayores predicciones seguirán siendo con lo que pueda suceder con la frontera.
Nada fácil con un presidente Maduro cada vez con actitudes provocadoras frente a la derrota electoral, y más para un comercio en el que a partir del 2.016 ya no tendremos el beneficio de la exención del IVA para los productos que se comercializan en la frontera.
Lo mejor que deberían hacer William Villamizar y Cesar Rojas.