Al que no quiere caldo se le dan dos tazas, dice el refranero popular. Y eso nos ha ocurrido ahora: el gobierno prolongó por dos semanas, hasta el once de mayo, la cuarentena obligatoria, decretada por la aparición de virus chino que tiene al mundo al borde de ataque de nervios. Pero no había pasado totalmente el susto del microbio cuando apareció la pregunta sobre el futuro que nos espera, después de la aparición del minúsculo organismo que puede ocasionar debacle similar a la que sufrió el planeta tierra en la época de los dinosaurios, que tal vez fueron víctimas de desconocido enemigo que los acabó para siempre. Una catástrofe que se puede repetir ahora, si no se toman las medidas que aconsejan los expertos, incluyendo el frecuente lavado de manos y el abandono de los saludos efusivos y las demostraciones de amor.
Pero más allá del problema, es necesario pensar en el futuro que nos espera: ¿será la repetición de los errores que estaba cometiendo el mundo antes de que apareciera el minúsculo organismo, o habrá un cambio para enderezar el camino que nos llevaba hacia una época de consumismo, envidia y goce de todos los pecados, incluyendo los inconfesables, que son el combustible para las telenovelas que tanto gustan a las damas?
Al parecer, el mundo tendrá que cambiar y enderezar el camino. Por lo menos eso consideran algunos comentaristas que creen que esta es la oportunidad para tomar otro rumbo. Otros consideran que la gente tiene defectos que impedirán un cambio y que seguiremos igual. ¿Qué opina usted?
Por ahora, el gobierno ha dicho que no volverán algunas cosas a las que estábamos acostumbrados, como los conciertos multitudinarios, las congestiones en los buses y la presencia de multitudes. ¡Habrá que cambiar! Tampoco habrá clases presenciales, debates en el Congreso y otros actos a los que estábamos acostumbrados y eran el pan de cada día. Se acabarán hasta las fiesticas con viejitas.
El gobierno aspira a reactivar, poco a poco, la economía. Se empezará por la construcción, que da empleo a millares de personas de ambos sexos y se seguirá luego a otros campos. Pero no se volverá a lo anterior. ¿Habrá variación? No lo creo y soy de los que creen que el hombre es animal que repite sus errores, que tropieza dos veces con la misma piedra, una vez pase el susto. Que pasará, como pasó el de los dinosaurios. Ojalá esté equivocado y el mundo cambie, como ocurrió en estos días cuando muchos se metieron la mano al bolsillo para apoyar al prójimo: en el Donatón que organizó la dinámica alcaldesa Claudia López en el que se recogieron casi 60 mil millones de pesos para ayudar a los necesitados. Todo un record de la funcionaria, que no piensa en hacer dinero, como su antecesor, sino en ayudar a los capitalinos más necesitados, que suman por lo menos dos millones. GPT