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Quien poda los árboles en Cúcuta
La arbolada en la ciudad forma parte del mobiliario urbano y su mantenimiento debe ser de obligatorio cumplimiento por la alcaldía de Cúcuta que se hace el de la vista gorda
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Jueves, 4 de Julio de 2024

En días anteriores, una voz solitaria en el concejo de Cúcuta puso el dedo en la llaga, como se dice popularmente, al criticar a Corponor por exigir una suma de dinero por cada árbol que trasquilaba. El concejal Álvaro Raad, manifestó en plenaria del Concejo, su inconformidad por el precio que Corponor cobra por la poda de árboles en el perímetro urbano de Cúcuta y no es por la poda honorable concejal, sino por la visita para autorizarla o no. El concejal manifestó, que Corponor recauda una suma millonaria por sobretasa, pero son pocas las inversiones en la ciudad, como contribución a estos tributos.

La arbolada en la ciudad forma parte del mobiliario urbano y su mantenimiento debe ser de obligatorio cumplimiento por la alcaldía de Cúcuta que se hace el de la vista gorda. De sobremesa, se encuentra en plena vigencia un decreto firmado por el alcalde de la época 2004-2007, Ramiro Suarez Corzo, declarando la arborización en Cúcuta, Patrimonio Ecológico municipal.

Todos le sacan el quite a la poda de estos, se tiran la pelota unos a otros y en las concesiones no quedó estipulada esta obligación; obstruyen las señales de tránsito, los semáforos, dificulta la visibilidad en las calles cubriendo las luminarias del alumbrado público favoreciendo la inseguridad, entorpecen el cableado eléctrico y telefónico, debilitan las raíces de los árboles propiciando innumerables accidentes humanos y pérdidas materiales en vehículos y casas de habitación.

Antes de la promulgación de la Constitución del 91, la Sociedad de Mejoras Públicas en convenio con la alcaldía de Cúcuta, era la encargada exclusivamente de la poda, ornato, conservación de los árboles en las calles de la ciudad, pero de un plumazo la alcaldía se desmontó de esta obligación y dejó a merced todos los perjuicios por  el crecimiento descontrolado de las ramas, en espera que los propietarios de sus inmuebles abrumados por los perjuicios y por el desaseo en sus antejardines, se apresuren a contratar empresas privadas o personas particulares sin ninguna seguridad industrial para la poda de los mismos, que en caso de accidentes, serían los contratantes los responsables de las indemnizaciones correspondientes con un riesgo más: ser multados por la autoridad ambiental.

Y no se quede en el baúl de los recuerdos, sin hacer absolutamente nada, este llamado de atención hecho por el concejal Raad y el escrito de este columnista, para que el alcalde, sin esperar una demanda de acción de cumplimiento, coordine con centrales eléctricas, las telefonías, alumbrado público, tránsito municipal, la firma de un convenio para la poda, el ornato y el mantenimiento de los árboles de la ciudad en cumplimiento del decreto de protección del patrimonio ecológico.

A propósito, sería saludable, que el gobernador, la asamblea, el alcalde y el concejo municipal, escudriñen sobre el uso, que le están dando a la antigua y amplia edificación de tres pisos de su propiedad donde funcionó la Sociedad de Mejoras Públicas en pleno centro de la ciudad, frente al palacio Nacional, pue se tiene entendido que se encuentra bastante descuidada y merodean muchos habitantes de calle.

 


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