Este país bien podría llamarse el de las reformas, a juzgar por lo recurrente que son estas. Las tributarias ocurren en cada gobierno y nos clavan más impuestos, algunos de ellos con subtitulo de transitorios que a la postre se hacen permanentes. Luego con el paso de los años los legisladores se enteran que la última reforma fue insuficiente para el recaudo pretendido de tributos, entonces llega el momento de un nuevo reajuste.
En la actual campaña presidencial se habla del espíritu reformador que tendrá el nuevo habitante de la actual casa de Nariño. Una reforma a la justicia, otra política, son las más mencionadas y tal vez se nos venga una nueva reforma tributaria. También es seguro que necesitamos una de la salud para intentar salvar a este sector financieramente y vendrán cambios en las reglas de juego para las pensiones con el objetivo preciso de hacer sostenible este sistema que podría llegar a colapsar, con el detrimento del trabajador que hace aportes y esfuerzos con el claro objetivo de algún día lograr una mesada pensional.
En la actualidad las edades de pensión están en los 57 y 62 años para mujeres y hombres respectivamente amén del requisito de haber cotizado durante 1.300 semanas. Pero las cosas no son fáciles para acceder a este beneficio, no basta con cumplir con los requisitos anteriores además tiene que darse un trámite engorroso, con el suministro de datos y certificados que debe conseguir el futuro pensionado. El asunto se complica aún más cuando por algún tiempo se ha servido al Estado y existen los tiempos públicos, es decir los años que se estuvo empleado en estas entidades adscritas a este sector. Las condiciones en el sistema privado con el ahorro individual solidario, son distintas.
El sistema pensional debería ser concebido de manera única, con centralización de la información al menos para quienes cotizan a Colpensiones. Una vez cumplidos los años de servicio la misma entidad debería ser quien informe al cotizante que tiene adquirido ese derecho y sin ningún otro tramite expedir la resolución mediante la cual se le otorga la pensión de vejez.
Si se trata de otro tipo de pensión, por ejemplo la de alto riesgo porque su oficio o profesión entraña unas condiciones especiales y estas mismas les confiere una categoría diferente como ocurre con los mineros, bomberos, los dedicados a la custodia de presos o el personal expuesto a radiaciones. Aquí se debe demostrar que se estuvo expuesto a esas situaciones especiales en el desempeño laboral. Ese cruce de oficios y resoluciones de negación y exigencias de nuevos documentos es bastante tedioso.
Cuando al fin se logra el otorgamiento de ese derecho, en muchos de ellos el reconocimiento en términos económicos el porcentaje es muy bajo o no fueron incluidos todos los aportes porque la historia pensional esta hecha a retazos, entonces procede la reclamación para una reliquidación. Son muchos y agotadores los trámites para quienes pretenden pensionarse.
Estaremos en poco tiempo abocados a una reforma pensional la cual debería estar concebida no solo con el propósito de asegurar los recursos que haga viable y sostenible el sistema, sino centrada en el pensionado, para que la mesada sea justa y corresponda al esfuerzo realizado durante su vida laboral, para que todo pensionado sea un orgulloso HP (Honorable Pensionado), condición a la que puede acceder luego de salvar todos los trámites con la ayuda de un abogado, porque solo no lo hubiera logrado.
