Se aproximan las elecciones regionales, a 90 días, y para hablar de la alcaldía de Cúcuta llegamos con algunas realidades que no son las mejores: la primera, el gran fracaso de esta administración del ingeniero Yáñez que muy probablemente nos pasará una altísima cuenta de cobro político. Cúcuta perdió una gran oportunidad de hacer un cambio. En estos cuatro años no hubo cambio alguno, la ciudad es un caos por donde se le mire. En segundo lugar, nunca antes unas elecciones para la alcaldía habían tenido tal explosión de candidatos, fácilmente aparecen 15 aspirantes. Mucha confusión se presenta entre los electores. Tercero, las elecciones se desarrollarán en un ambiente de incertidumbre por la inseguridad que crece en todas las regiones de Colombia, y su futuro inmediato es de incertidumbre. Existe un ambiente de pesimismo. Finalmente, las elecciones del 29 de octubre se convertirán en un plebiscito para el presidente Petro. Podría irle muy mal al Pacto Histórico en varias ciudades del país.
¿Quién podría ser un buen alcalde para la ciudad a partir del próximo 1º de enero? Sin duda el de mayor preparación y conocimiento es Jaime Buenahora. Creo que el principal riesgo político que hoy en día tiene Cúcuta es que por el fracaso de esta administración, la ciudad vuelva a quedar en manos de esa clase política permeada por intereses oscuros, de lucro personal, de malos manejos, de intereses que no son los que necesita Cúcuta para salir adelante.
De haber sido exitosa la administración Yáñez, en este momento deberíamos estarle pasando la responsabilidad del manejo de la ciudad a un candidato con las mejores condiciones personales y morales para la administración de Cúcuta en los próximos cuatro años. Ahí está el gran fracaso de la administración Yáñez. Perdimos una oportunidad histórica de cambio.
No sé como están las encuestas por estos días. Creo que el candidato que representa esos intereses del pasado, de las componendas políticas, de lo que Cúcuta no necesita, es Leonardo Jácome. Entiendo que podría tener una posibilidad importante de ganar. Pareciera que Jorge Acevedo no tiene la misma fuerza que tuvo en otras campañas. Juan Carlos Bocanegra es un joven candidato preparado que ha hecho algunas propuestas de interés. Carlos Jaimes hace un esfuerzo electoral prevalecido de su experiencia como concejal.
Sergio Maldonado ha adelantado una campaña con ideas y compromiso, pero para nada le ayuda haber pertenecido a esta administración saliente, que incluso podría haber mucho de voto castigo por la pésima administración de Yáñez. Da la impresión que ninguna de las candidatas mujeres logra consolidar una aspiración a cuatro meses de las elecciones. Marthey acaba de anunciar su aspiración.
Como si ello no fuera suficiente, el gobierno sigue haciendo anuncios que desconciertan, que confunden, que no aclaran el ambiente electoral. El ministro de Hacienda acaba de anunciar que el aumento de los precios del diésel se hará después del 29 de octubre.
Es una decisión de gobierno absurda, con un claro matiz electoral, de un interés manifiesto para que sus candidatos del Pacto Histórico no resulten afectados. No sé quien es el candidato del Pacto Histórico para la alcaldía de Cúcuta, pero sus posibilidades son mínimas en esta ciudad, y peor aún, Petro no la tiene nada fácil ni en Bogotá, Cali, Barranquilla y la misma Medellín. Podría sufrir el gobierno una gran debacle electoral.
Faltan tres meses para las elecciones de la alcaldía; al menos debemos tener el optimismo que la administración de la ciudad quede en las mejores manos para la administración de los próximos cuatro años. Un amigo me llamaba por estos días y me preguntaba por todos estos temas, y no se si sea un exceso de pesimismo en mi caso, pero no se ve un futuro ni para el país, ni el departamento, ni para la ciudad. Espero equivocarme en los tres.