Ese es el desafío que tenemos hoy, después de una larga y extenuante campaña electoral, con nuestro voto definimos quienes llegarán a la gobernación y a la alcaldía que tengan las calidades morales y administrativas que necesita el Norte de Santander y Cúcuta. Son unas elecciones como hacía mucho tiempo no las teníamos, en las que prevalece un ambiente de saturación y hastío frente a la manera como se han manejado irregularmente los recursos públicos en uno y otro lado. Son unas elecciones en las que hay un trasfondo moral, ético, más que de partidos; hoy más que elegir candidatos por el partido Liberal, Conservador, Verdes o Pacto Histórico, tenemos candidatos divididos entre la decencia y la indecencia. Después de todo lo que hemos visto en esta campaña en donde hubo más insultos y señalamientos que debates, hoy tenemos oportunidad de rescatar con nuestro voto el departamento y la alcaldía. En el país estas elecciones serán un plebiscito contra el gobierno. Podría irle hoy muy mal al presidente Petro a un año de su gobierno.
Hoy nos despedimos de dos mandatarios que nos decepcionaron profundamente en estos cuatro años: tanto el gobernador Serrano como el alcalde Yáñez, especialmente este último que llegó rodeado de grandes expectativas por su inesperado triunfo. No es gratuito que tanto el departamento como Cúcuta en una medición promedio de competitividad a nivel nacional, ocupemos vergonzosamente de mitad de la tabla hacia abajo. Por ejemplo, en una medición máxima de 10 puntos, de varios indicadores del Dane, Bogotá aparece de primera con 7.8, Medellín 6.9, Tunja tercera de 6.4 y Cúcuta de 17 con 4.5. Que vergüenza. La despedida del gobernador no pudo ser peor con el contrato del Faro del Catatumbo, una burla y descaro al departamento, y por los lados la alcaldía, una ciudad caótica en muchos sectores, una malla vial en lamentable estado, obras que nunca avanzaron, incluidos los corazones de barrio mientras que de otro lado se hacen obras como la del Malecón que dejan más suspicacias que confianza en la ciudad.
Así serán las elecciones de hoy, más que por confusos e inciertos programas de gobierno para la gobernación y la alcaldía, nuestro voto de hoy será una especie de plebiscito entre la moralidad y voto protesta contra la corrupción. Que recuerde nunca una votación tanto para la gobernación como para la alcaldía habían estado tan marcadas por un voto contra la corrupción, de hastío de la gente. Para la gobernación, a última hora quedó habilitada la candidatura del General Mora, hombre que ha luchado para abrirle un nuevo horizonte y de decencia al departamento. En los últimos meses escribí e impulsé el voto en blanco como una manifestación de protesta a todo lo que está sucediendo, recibí mucho apoyo, y hoy depositaré mi voto en esa línea de rechazo. El Norte de Santander hoy es un departamento rezagado en el contexto nacional por cuenta de administraciones que nos han engañados en los últimos 15 años. Para la alcaldía existe mayor preocupación e incertidumbre, las dos maquinarias que se disputan ese voto no le garantizan nada nuevo al futuro de la ciudad. Votaré por Sergio Maldonado, siendo un buen candidato Carlos Jaimes quien merece todo el respaldo.
El abstencionismo es un error, es una manera nuestra de pasividad y de cohonestar con los malos manejos de los recursos públicos que hemos padecido en los últimos años. En promedio la abstención en el departamento bordea el 50% y para la alcaldía es menor, pero en las dos es muy alta. No permitamos que en gran medida por esa falta de participación lleguen mandatarios cuestionados por la justicia que tendrían riesgos de asumir un mandato, e inmediatamente quedar sujudices. Votemos por rescatar la dignidad.
