Al fin se acordaron los señores congresistas, tan criticados por el ausentismo de las sesiones, la dormidera en ellas, la mermelada, entre otros aspectos negativos, del más olvidado sector del Estado, los pensionados.
Se presentó un proyecto que hace justicia con ellos, al bajar del 12 al 4 por ciento el descuento para salud.
Si bien es cierto, se favorece a más del 80 por ciento de ellos, los de menores ingresos equivalentes al porcentaje del 80 que apenas perciben esa suma, se adicionó el proyecto abarcando a todos los integrantes del sistema pensional.
Empezó consignándose en sus cuentas hace años, las desvalorizadas mesadas, evitando las colas de personas que a duras penas podían sostenerse en pie mientras les pagaban.
Se dignificó ese pago y, hoy, se rebajará el porcentaje en las dos terceras partes que era como contribuían para los fondos de pensiones.
Es una decisión social de alto contenido social, que favorecerá a muchas personas con mayor capacidad de compra.
Ciertamente, oponerse a este proyecto cuando se festinan los dineros del erario público en sumas superiores a ese descuento, significaría burda burla a todas esas personas que laboraron para completar su tiempo de jubilación.
No podemos olvidar, que al pensionarse un trabajador no percibe bonificaciones, ni primas de servicio, ni primas extralegales, su poder de compra disminuye ampliamente, mientras un congresista este año recibirá $2.500.000 de aumento, aspecto que es proporcional con el ejecutivo.
Por ello, sería inmenso error, una bofetada a los pensionados, el que el presidente de los paros, que no negociaba con los servidores estatales, con los maestros y en fin, con todo el país, léase transportadores, etcétera, mientras le dio todo al proceso de paz, dañe su imagen internacional como NOBEL DE PAZ que tantos esfuerzos y dineros le costó a la Nación.
Sería la mayor injusticia en un Estado donde se roban olímpicamente los dineros del erario público, se reciben coimas en la contratación, es el más alto grado de corrupción que ha mostrado Colombia, para alegar que el Estado no puede soportar estas rebajas que favorecen, reitero, al sector más desprotegido.
Es verdad de Perogrullo que los candidatos presidenciales reciben dineros caso Odebretch, tenemos la venta de Isagen, en fin, se festinan las buenas empresas productivas caso Isagen, Ecopetrol, etcétera,
Entonces cuales argumentos sostendrá el señor Santos por conducto del minhacienda Cárdenas de tantos antecedentes, para objetar esta ley que hace justicia con las personas retiradas del servicio activo.
