Esta semana ha estado llena de expectativas para los colombianos, pues además de las noticias sobre los acercamientos y alejamientos de las partes en pro de la paz, el país fue informado sobre la aprobación del presupuesto de 2017 por un monto de $224.4 billones, lo que representa un incremento de 3.9 por ciento con respecto al vigente para este año que es de $215.9 billones.
Casi que simultáneamente el ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, radicó en el Congreso el proyecto de la tan anunciada reforma estructural tributaria con un contenido de 311 artículos o propuestas. La reforma busca, según el jefe de las finanzas públicas, equidad y facilidad en la tributación, luchar contra la evasión, aumentar el recaudo nacional en $7 billones adicionales (0.8% del PIB) en 2017, impulsar la generación de empleo con la creación de cerca de 168.000 nuevas plazas y la formalización de más de 87.000.
Quinientos mil colombianos más deberán declarar renta, pero lo harán solo quienes tengan ingresos mensuales superiores a $2.7 millones, con lo cual el 90.3 por ciento de la población queda eximido del pago de impuestos. Se gravan los dividendos, es decir, vuelve la doble tributación, solo que ahora únicamente pagaran impuestos quienes reciban más de $17.85 millones por este concepto. El 4 por mil, creado en 1998 como impuesto transitorio para hacer frente a la crisis, queda permanente pues representa un aporte anual de $7 billones. Habrá un impuesto del $300 por litro de bebida gaseosa y $200 adicionales por galón de gasolina (impuesto verde) que serán destinados a la protección del medio ambiente.
Según el ministro, los recaudos obtenidos de pasar el IVA del 16 al 19 por ciento incrementarán la inversión social y nos permitirán alcanzar una tarifa más cercana a la de los vecinos latinoamericanos. Pero en medio de todas estas subidas que parecen sin fin, el impuesto a las empresas bajará al 32 por ciento.
Ante esta letanía de ajustes sustentada en la baja del precio del petróleo y en la necesidad de evitar que Colombia pierda confianza internacional, la pregunta que a menudo se escucha es, ¿ se justifica tremenda reforma cuando el precio del crudo y otras materias primas que Colombia exporta suben, la inflación empieza a bajar y la industria se recupera? ¿Qué medidas se tomarán para bajar los niveles de corrupción, que le cuestan anualmente al país $22 billones, para lo cual se tendrían que hacer tres reformas similares?