En épocas pretéritas las familias colombianas tenían un gran número de hijos, hasta hace dos generaciones y una frase justificaba que hubiera madres con doce y más embarazos: cada niño viene con su pan debajo del brazo. Las políticas de planificación familiar cambiaron esa situación y ahora pocos hijos nacen en el seno de cada unión.
Lo que no cambian son las costumbres inapropiadas y la ocurrencia frecuente de los sucesos escabrosos convertidos en escándalos de dominio público, mucho más ahora que se ha hecho tan fácil difundir informes, vídeos o comentarios en las redes sociales. Estos se dan con una frecuencia tal que podría acuñarse un dicho más para que haga parte del refranero popular: cada semana trae su propio escándalo.
Los hechos que marcaron ese tipo de cosas en la semana anterior están relacionados con la vacunación contra la Covid-19 que ya había empezado retrasada con respecto a muchos países, Chile por ejemplo. Luego vino el show con la llegada de las primeas vacunas, después la lentitud con que se están aplicando las dosis, salvo honrosas excepciones como el Hospital Erasmo Meoz que pudo en tiempo récord inmunizar a sus empleados de la fase uno.
Una joven politóloga vinculada al sector salud en Bogotá fue vacunada y publicó una foto mostrando su carné, ella alega que trabaja con población que podría estar expuesta al contagio si se enferma. En cambio no dijo si se vacunaron ya esos adultos mayores o está haciendo la gestión para ello, por tanto, muchas dudas generan su precoz vacunación. Por otro lado en Floridablanca, Santander se hizo una fallida inyección del agente biológico con una jeringa vacía a una octogenaria que acudió en compañía de una nieta quien registro en imágenes tal hecho. Los directivos de la clínica donde ocurrió esa situación han dicho que se trató de un evento adverso. Para muchos, sin embargo ha suscitado múltiples interpretaciones que ponen en tela de juicio la idoneidad de la clínica implicada.
En nuestra ciudad el centro de atención primaria Puente Barco Leones se dio a la tarea de vacunar a los mayores de 80 años sin importar al régimen al que pertenecieran, la noticia se diseminó, los ancianos y acompañantes llegaron en gran cantidad, pero la aglomeración y el desorden siguientes obligaron a suspender la vacunación.
Lo cierto hoy es que personas como Don Julio con 88 años no ha sido vacunado, aparece en la lista de personas con prioridad pero su EPS no le ha notificado la fecha, ni el lugar a donde debe acudir para ponerse al día con esta medida de protección. Hay muchas personas en situación idéntica, conscientes de la necesidad de la protección que confiere la vacuna pero no han tenido acceso a la misma. Tampoco para la fecha todos los trabajadores de la salud incluidos en la fase uno han recibido la dosis respectiva. Hasta ahora nos vamos rajando, esperemos que las cosas mejoren en los próximos días. También se necesita una vacunación contra los escándalos cotidianos.