Luis Carlos Villegas es un gran Embajador de Colombia ante los Estados Unidos. Tiene la preparación, la experiencia y las calidades necesarias para llegar todavía más alto.  

En los últimos 20 años, el país ha procurado designar como su más alto representante en Washington a personas preparadas, que saben de los temas internacionales y han representado muy bien a Colombia, en un medio que no es fácil y exige cualidades políticas, diplomáticas y personales de alto calibre. Luis Carlos Villegas es uno de los mejores.

En los casi 17 meses que lleva aquí, el Embajador Villegas ha trabajado sin pausa, dedicándole tiempo y esfuerzos a su principal misión de representar exitosamente a Colombia frente al gobierno norteamericano, el Congreso, el sector privado y los centros de opinión más importantes. La imagen de Colombia aquí es hoy notoriamente positiva y las relaciones bilaterales, inmejorables.  

Así como hace unos años éramos, justificadamente, percibidos como un país al borde del abismo, hoy se nos reconoce, como lo dijo recientemente el Secretario de Estado, John Kerry, como “la historia de un gran éxito”. Más importante aún, el gobierno norteamericano está brindando un apoyo sólido al proceso de paz y a las  soluciones que se vienen discutiendo en la Habana.  Pensábamos que algunas de las fórmulas sobre justicia transicional no serían fácilmente digeribles aquí. Para sorpresa de muchos, los norteamericanos se muestran dispuestos a “caminarle” a esos acuerdos, y a hacer lo que esté a su alcance para contribuir a que cumplan con el objetivo de traer la paz a Colombia. El nombramiento de Bernie Aronson como enviado especial de Estados Unidos para el proceso de paz, se produjo como resultado de la solicitud que el Presidente Santos le hiciera al Secretario Kerry. A diferencia de la participación de Aranson en las negociaciones de los acuerdos de paz en El Salvador y Nicaragua,  su papel en el proceso
colombiano no es claro y, en todo caso, será mucho más limitado. Sin embargo, al final puede resultar útil para agilizar las decisiones que deban tomarse al interior del gobierno norteamericano frente a los acuerdos.

La labor de lograr que el cubrimiento de la prensa norteamericana, sobre las noticias que se producen en Colombia, pasara de ser abiertamente negativo, a optimista y muy positivo, no es fácil, no obstante los avances y transformaciones en nuestro país.  Los hechos negativos y escandalosos que se siguen generando, por ejemplo, los escándalos de la justicia y las cortes, ya no son objeto de grandes titulares o de editoriales de la prensa. Se ha requerido un proceso de diálogo serio y constante con los medios y una gran labor de persuasión, no sólo de parte de los dos últimos Presidentes y sus cancilleres, sino de sus embajadores recientes.

Hace varias semanas que no converso con el Embajador Villegas. No conozco sus intenciones o planes para el futuro. Pero las reflexiones sobre Colombia que he hecho en esta  Semana Santa, me han llevado a pensar que, ojalá, un dirigente de la talla de Luis Carlos Villegas, pueda aspirar y presentarse como candidato a la Presidencia de la República.

Ha sido gobernador de departamento, Senador de la República, exfuncionario de la Cancillería, de la asociación de cafeteros y, por muchos años, presidente de la ANDI. En todas sus tareas, tanto en el sector público como el privado, ha sido exitoso. Hasta su traslado a Washington, participó en los inicios de las negociaciones de paz. Se me dirá que no tiene votos. Sin embargo, bien haría el Presidente Santos en mirar un poco más allá del Vicepresidente Vargas Lleras, para abrirle campo a otro candidato muy capaz, como su posible reemplazo en la Presidencia.