Nunca llegamos a imaginar que Cúcuta pudiere llegar a los niveles de inseguridad que por estos días se están viviendo. Tenía algunos días de no pasar por la ciudad, y es notorio el impacto que han generado en la gente los recientes hechos violentos en lugares públicos. Hay susto cuando los hijos salen a un lugar de diversión, y ya se le escucha a los padres muchas recomendaciones que nunca se decían en Cúcuta: “Tenga cuidado con el celular hijo; con el reloj o la cadena, si te lo tratan de quitar no pongas resistencia”.
Se llega al extremo, lo vi en redes sociales, un empresario que ajustándose a la nueva realidad promueve un aviso de venta de comidas en el que dice: “Tiene miedo de salir? – domicilios”.
Entiendo que un fin de semana pueden pasar hasta 30.000 venezolanos desesperados que compran algo en La Parada y pasan nuevamente la frontera a pie. Algunos de ellos se quedan acá para propiciar actos de delincuencia. Nunca antes habíamos sido tan vulnerables.
Todo eso sucede mientras el atorrante de Diosdado Cabello no para de seguir lanzando improperios a Germán Vargas, señalándolo de “hijo del gran puto”.
Tuve ocasión desde uno de los lugares en los que se ve y escucha mejor lo que puede estar pasando en una ciudad, que es en esa costumbre cucuteña de embolarse en el parque Santander, hablando con Carlos Eduardo Ramírez, de escuchar a la gente de ahí su testimonio sobre el venezolano que llega a mirar cómo consigue alguna comida, las niñas de menos de 20 años que llegan a prostituirse a cualquier precio, y peor aún, las pensiones que ya se consiguen no lejos del centro, en donde solo por dos mil pesos pueden pasar la noche, esperando al otro día qué hacer para conseguir algo de comer.
Nunca llegamos a imaginar que pudiéramos ser tan vulnerables en Cúcuta.
Y ahí viene la pregunta, ¿qué debemos hacer nosotros y las autoridades para evitar estos hechos violentos que están generando casi una situación de pánico en la ciudad?
No conozco el dato preciso del número de fuerza de policía que hay en la ciudad, pero entiendo que es insuficiente. Por estos días se viene anunciando las medidas de control que se están tomando en la frontera para el paso de venezolanos.
La situación de crisis humanitaria que vive el hermano país está cruzando la frontera de forma alarmante. Por estos días La W hablaba de lo que está sucediendo en Santa Marta, en donde por cuenta de lo mismo, la situación es muy grave.
Y ya ni para que hablar de lo que pudiere hacer el Gobierno nacional por esta ciudad, y menos ahora que está distraído con el tema de Odebrecht.
Tenemos que actuar rápidamente y de manera eficaz; muy probablemente sea oportuno un control serio y mucho más estricto en la frontera en donde se permita el paso del venezolano que acredite un interés justificado de visita a la ciudad. Cúcuta ya no aguanta más y encontrar la solución es tarea nuestra.