Con más de medio siglo de fundado, el sector de Boconó en otro tiempo era el camino por donde el ferrocarril de Cúcuta se dirigía a San Antonio, Venezuela. Décadas hacia la actualidad, aún las viejas vías férreas existen bajo gruesas capas de asfalto.
Conforme pasan los años, para la comunidad asentada en este lugar el tiempo no es un aliado, pues, desde que recuerdan, su sector ha sido uno de los más olvidados a través de las diferentes administraciones gubernamentales y municipales.
Prueba de ello, según habitantes, fue el proyecto para la recuperación integral de esta vía, adelantado por la Gobernación, “un engaño” que, aunque se presupuestó, aprobó y fue creado por la comunidad, terminó siendo ejecutado en Rumichaca, Villa del Rosario.
“Con mucha tristeza debo manifestar que, medio siglo después, la población de Boconó no tiene alcantarillado, ni siquiera el mismo centro de salud, y algunas casas tampoco agua potable”, dijo Elizabeth Caro, presidenta de la Integración Social del Nororiente de Cúcuta y Villa del Rosario.
Por la ausencia de este servicio, todos los desagües de la población asentada detrás de este canal natural, de la escuela y de la IPS, dan a parar al caño que corre entre ellas.
Allí se encuentran algunas casas en condiciones precarias, pero también otras de material y locales comerciales que van desde venta de muebles hasta tiendas, pero todos carentes de servicios públicos.
“Desde hace tres años venimos gestionando con autoridades competentes para dotar de alcantarillado, canalización y agua potable a la parte baja de Boconó, desde la iglesia de Santa Ana hasta el colegio Andino Bilingüe, pero a pesar de nuestra ardua gestión, han sido muy necios e irresponsables por no asumir la solución de estos problemas tan necesarios”, precisó Caro.
Contemplados en la Constitución Política de Colombia, en la que se señala como un derecho el acceso y disfrute a los servicios públicos, exigen una pronta solución.
Procesos abiertos
Caro manifestó que, gracias a las denuncias interpuestas en la Contraloría de la República, la Corporación autónoma regional de la Frontera Nororiental (Corponor), en una de sus respuestas a los oficios, abrió un proceso sancionatorio a la Alcaldía de Cúcuta a finales del 2019 por haber permitido la invasión alrededor del caño, pero el resultado del seguimiento ha sido un misterio.
“Ahora con la expedición de la ley 2044 del 30 de julio de 2020, se ha ordenado el saneamiento de los asentamientos humanos ilegales, en la cual se dice que, en las zonas que estén en riesgo, los municipios están obligados a ejecutar proyectos para mitigar el riesgo y considerarlos como viviendas de interés social”, agregó la presidenta de la Integración.
Abandonados, pero no rendidos
Hace 30 años, la construcción del anillo vial oriental sobre la vía Boconó fue para la comunidad el detonante al olvido en el que se sienten inmersos en sus 2.2 kilómetros de necesidades sociales sin resolver.
Sin señalización ni senderos peatonales, falta de alumbrado público y un tráfico constante y peligroso, la lideresa señala que las personas que viven en la Comuna 3 arriesgan día a día su vida para cruzar esta vía nacional. Antes de la pandemia, la incertidumbre era mayor con el flujo de los estudiantes de las cinco instituciones educativas del sector.
En vista de todos estos problemas, el comité de trabajo de la parte alta de la urbanización Santa Ana hizo una convocatoria de líderes en diferentes sectores sociales, educativos y religiosos, en la que se congregaron representantes de seis barrios de la Comuna 3 de Cúcuta y dos del municipio de Villa del Rosario para presionar en esta lucha por la solución a sus necesidades.
Por parte de Cúcuta, se unieron Santa Clara, Heliópolis, Boconó, Santa Ana, Las Margaritas y La Esmeralda, junto a los barios de El Cují, en Villa del Rosario, para lograr lo que por su propia cuenta ha sido imposible, bajo la firme convicción de la ‘la unión hace la fuerza’,
“Creemos firmemente en algún día consolidar soluciones efectivas para esta comunidad vulnerable”, manifestó la presidenta de la Integración.
Las gestiones de Villa del Rosario
Por ordenanza 018 del 16 de diciembre de 2010, se determinó el caño de Boconó como línea limítrofe entre los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario.
Según Caro, “en el municipio de Villa sí existe la voluntad política”, pues desde el Centro Recreacional Villa Silvania, hasta Boconó, durante 30 años permanecieron sumidos en la oscuridad, testigos de atracos a vehículos, transeúntes y crueles asesinatos.
Pero en una reunión convocada por la Contraloría para el 2 de agosto de 2019, el entonces alcalde de Villa del Rosario, Pepe Ruiz Paredes, se comprometió a iluminar el tramo correspondiente a su municipio, y así fue. Las luminarias fueron entregadas en abril del año pasado.
Por otra parte, en Cúcuta, siguen sin obtener soluciones tangibles. Caro manifestó que entre las entidades competentes se pasan las obligaciones, evadiendo la responsabilidad en cada oportunidad.
“Si la administración municipal insiste en que es obligación de Villa del Rosario, entonces Villa del Rosario, por ley, también deberá reclamar entrega efectiva de la IPS y la escuela, un puesto de votación que sería una pérdida política considerable para Cúcuta”, apuntó.
Por estas necesidades sin resolver, la comunidad se mantiene alerta, clamando a gritos la recuperación integral de su olvidado territorio.
El compromiso de Cúcuta
Una vez consultados, desde la Secretaría de Infraestructura se conoció que la presente administración ha reconocido a Boconó como un sector con necesidades urgentes que necesitan priorización.
Por ello, para el área urbana y rural de Cúcuta se presupuestó una inversión de 1.600 millones de pesos para la construcción, optimización y mantenimiento de los sistemas de alcantarillado sanitario y pluvial. Parte de ese proyecto, beneficiará algunas zonas en Boconó aún por estudiar.