69 años atrás, la visión urbanística del fallecido líder comunal Gabino Medina Mendoza fue lo que conformó lo que hoy se conoce como el barrio Chapinero.
José Antonio Medina, hijo, aún recuerda las hazañas de su padre, cuando en la antigua carretera a El Zulia, Medina y la comunidad que lo respaldaba hicieron cerrar las cantinas y organizaron la limpieza de la maleza para la repartición de terrenos de forma planificada, con lotes de 10 metros de frente por 25 de fondo, medidos con pasos por falta de decámetros.
Cada dueño de lote aportó 40 pesos para las calles, y respaldados por Obras Municipales, trazaron cuadras, manzanas y recibieron prestada la maquinaria para abrir las vías de este sector de la ciudadela Juan Atalaya.
Las primeras casas fueron construidas con adobe y ladrillo forzado; aunque la modernidad ha reestructurado las bases de algunas viviendas, aún muchas de ellas conservan el primer material.
La capilla de lo que hoy es la Parroquia Santos Apóstoles fue la primera obra; un lugar modesto, ahora convertido en un descomunal recinto con fachada estilizada en ladrillo, gracias a los fondos aportados por la comunidad y la coordinación de los sacerdotes que han pasado por ella.
“Nos tocó hacer de todo, con rifas y bazares, para que hoy en día la parroquia sea uno de los lugares más bonitos de nuestro barrio”, comentó Adrián Murillo, edil de la comuna 7 que reside en Chapinero.
Por esta invasión, Antonio relató que los dueños de las tierras hicieron preso a su padre, pero la misma comunidad se organizó en caravanas de buses con banderas y liberaron a Gabino. Después acordaron que cada dueño pagaría por la propiedad ocupada.
Emblemas
Frente al templo, se encuentra el parque que es motivo de orgullo para los vecinos; hace 2 años fue transformado mientras William Villamizar era gobernador, luego de una inversión cercana a los 1.500 millones de pesos.
“El problema en este sector es que el terreno es muy poroso y eso dificulta las obras. Se puede construir algo muy bonito, pero con el tiempo surgen grietas que dañan las estructuras, así que con el parque se tuvo que hacer un trabajo especial de base para que perdure un buen tiempo”, dijo Murillo.
Pero, más allá de estos sitios, cuando los habitantes de Chapinero piensan en algo que los identifique, lo primero que viene a sus mentes es el megacomplejo deportivo, transformado durante los periodos gubernamentales de Villamizar y Edgar Díaz.
“Antes era una cancha de tierra, que en cada fuerte ventisca levantaba ola tras ola de polvo y nos sacaba a correr, pero le dieron un embellecimiento alrededor con canchas y zonas verdes a donde vienen personas de otros lugares a entrenar y jugar campeonatos”, agregó Murillo.
Otro lugar es el Colegio Santos Apóstoles, que poco a poco ha ido ganándose su lugar entre los colegios públicos de la ciudad que se destacan por sus buenos resultados.
Lugares en olvido
A pesar de sus emblemas, no todos los sitios en Chapinero gozan de las mismas condiciones. En la avenida 1 con calle 1, un polideportivo tradicional ha estado abandonado durante los últimos años. Según habitantes, no por negligencia comunal, sino por falta de apoyo del gobierno municipal.
“Está acabado y se lo han tomado los consumidores de alucinógenos, que no dejan que los niños gocen de este sector”, puntualizó el edil.
Cerca de allí, en otrora funcionaba un puesto de salud que atendía comunidades cercanas a Chapinero como María Paz, Pizarro, Cerro Norte, Cerro de La Cruz y parte de Sevilla, pero fue clausurado por el Instituto Nacional de Salud y ahora está en total abandono, saqueado y desvalijado por la delincuencia común.
La comunidad pide que el lugar sea recuperado para que lo entreguen a la Junta de Acción Comunal, a alguna asociación de adultos mayores, a madres cabeza de hogar o a los ediles de Cúcuta para poder sesionar, pero que sea entregado a alguien que le dé utilidad y no dejar que se perpetúe como foco de inseguridad.
Escuelas como José Celestino Mutis también se deterioran en infraestructura, con salones muy antiguos a la espera de una renovación.
En los inicios de Chapinero, estos lugares fueron gestionados por la misma comunidad, quienes, liderados por Medina, solicitaron médicos y profesores.
Sin casa comunal
Otra inconformidad en Chapinero es que, a pesar de tener un espacio asignado para servir como casa comunal, el sitio ya no les pertenece legalmente. Años atrás, fue entregado a la Defensa Civil, que luego lo dio en cuidado a una familia que, 22 años después, al día de hoy permanece ahí.
Esperan iniciar un proceso para recuperarlo, pero para que también la Defensa Civil no pase por alto a la familia que lo ocupa y les reconozca un lugar donde sean reubicados.
“A la Junta, al igual que a nosotros los ediles, nos toca estar como los mendigos, pidiendo favores en un lado y otro para que nos permitan hacer las reuniones”, indició Murillo.
Vías cerradas
De acuerdo con habitantes, el deterioro en las vías ha llegado a tal punto que, en algunos sectores, han preferido cerrar el paso para no perjudicar a los autos que circulan. El año pasado, un camión que pasaba por la calle 3 entre avenidas 1 y 2, sufrió afectaciones y por poco cae en una casa que estaba habitada por cinco personas.
Durante la presente administración, aseguran que han buscado formas de ser visitados, pero dicen que ha sido totalmente imposible que sus problemas sean escuchados.
Personaje
Gabino Medina, quien nació en Los Vados y vivió un tiempo en Pisarreal, fue el fundador del barrio Chapinero, dueño y propietario de la funeraria que lleva su apellido, también tuvo el título del ‘mejor sobandero de la ciudad’ a finales de los años 60 y fue el último maquinista del ferrocarril de Cúcuta, un líder social en todos los sentidos, que trabajó por la comunidades y dejó un legado como presidente de Junta en los barrios Sevilla y El Llano.
Festividades
En honor a los Santos Apóstoles, en quienes recibe honor la parroquia, cada año la comunidad se congrega a conmemorar a San Pedro y San Pablo, patrones de su fe.
Aunque las circunstancias actuales han limitado las concentraciones, en antaño organizaban bazares para recolectar fondos en pro de la parroquia y reformarla.