El plan de vivienda Mi Casa Ya ha experimentado cambios significativos con la llegada del nuevo Gobierno. La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, ha señalado que estos cambios buscan una mayor distribución regional y un fortalecimiento en departamento como Norte de Santander, así como una ampliación del acceso a hogares para personas de bajos ingresos.
A pesar de estas mejoras, el número de subsidios se ha visto reducido a 50.000 para el año 2023, con un presupuesto de $1,4 billones. Esta reducción contrasta con los números de años anteriores, como el 2021, cuando se otorgaron 67.000 subsidios y el año 2022, en el que se otorgaron igual número pero solo se desembolsaron 44.000 (una inversión de $2,5 billones), dejando a 23.000 familias sin recibir su vivienda.
Estas nuevas condiciones del plan habitacional del gobierno de Gustavo Petro han tenido un impacto negativo en miles de familias de bajos ingresos que cuentan con el subsidio aprobado desde el 2022, pero aún no han recibido los recursos para adquirir su vivienda.
Yury Gómez, madre de dos niños y cabeza de hogar, es una de las personas afectadas por esta situación. Ella ha solicitado a la ministra que se acelere el desembolso, ya que cumple con las nuevas condiciones establecidas. De hecho, su clasificación en el Sisbén indica que se encuentra en situación de pobreza moderada.
“Si no tengo esos $30 millones que da Mi Casa Ya, no puedo tramitar la escritura para que me la entreguen. Ya son cuatro años trabajando por tener mi casita y ahora el Gobierno me tiene atada”, expresó.
Alexander Fernández, quien trabaja como vigilante en Cúcuta, es otro de los afectados por los cambios del programa presidencial. Contaba con recibir el año pasado su vivienda nueva en un proyecto del barrio Claret, pero la larga espera por ese subsidio ha sido el problema.
En noviembre, cuando el Gobierno nacional habilitó 3.200 cupos adicionales, Fernández, al igual que Yury Gómez, vio una esperanza. “Nos postulamos, pero fue un engaño, porque solo les dieron a quienes compraron en conjunto cerrado. Toda la gente se ilusionó. Luego llamé a MinVivienda y me dijeron que debíamos esperar a este año”, contó el vigilante.
Laura Vanesa Perdomo está aún más preocupada, porque no solo tiene aprobado Mi Casa Ya, también logró el subsidio de la caja de compensación familiar Comfanorte, para hacer su sueño realidad. Pero sin los recursos del MinVivienda nada se puede hacer.
“Solo nos falta ese dinero. Espero que el Gobierno nos considere a quienes tenemos la casa lista, porque hasta que no nos entreguen el subsidio no podemos hacer las escrituras. Si hubieran mantenido la dinámica que traía el programa, ya tendría mi casa”, agregó.
Ellos, al igual que muchos otros habitantes de Cúcuta que tienen el subsidio aprobado, esperan que el próximo 15 de abril se emita el decreto del Ministerio de Vivienda para el desembolso de los recursos.
Le puede interesar: Tejería Suramericana quiere encantar a Cúcuta con su tela de punto
Así era Mi Casa Ya
Uno de los requisitos que pedía Mi Casa Ya para ser beneficiario –en el anterior Gobierno– era tener ingresos entre 1 y 4 salarios mínimos mensuales legales vigentes, no ser propietario de vivienda ni haber recibido subsidio.
Antes era más sencillo recibir el auxilio económico, porque el cliente escogía el inmueble y luego solicitaba al banco el crédito más el subsidio. Por último, el Fondo de Vivienda asignaba el recurso.
Así eran los beneficios para la población:
•Subsidios enfocados a la demanda.
•Menos posibles trámites fraudulentos.
•Tramitología sencilla
•No había intervenciones del gobierno.
•Los beneficiarios eran los colombianos de ingresos más ajustados.
•Generaba la formalización de la población.
•Atacaba la construcción informal.
¿Cómo se accede ahora?
- Pueden acceder quienes no han sido beneficiarios de otro subsidio de vivienda y que no son propietarios.
- El futuro beneficiario debe haber realizado la encuesta Sisbén IV y tener una clasificación igual o inferior a D11 para hogares urbanos y D20 para hogares rurales.
- Escoger la vivienda nueva de interés social o prioritario, urbana o rural.
- Tramitar el crédito hipotecario o el leasing habitacional cobijado con la medida, en la entidad financiera.
- En áreas urbanas, los hogares en Sisbén clasificados entre los grupos A1 y C7 reciben un subsidio de 30 salarios mínimos mensuales legales vigentes para el pago de su cuota inicial.
- Los hogares con una clasificación de Sisbén entre C8 y D11 tendrán un subsidio correspondiente a 20 salarios mínimos.
- En áreas rurales, aquellos con Sisbén entre A1 y C14 reciben un subsidio de 30 salarios, mientras que a los que tienen una clasificación de Sisbén entre C15 y D20, se les otorgará un subsidio de 20 salarios.
Con los cambios, este es el panorama analizado por Camacol:
• El Sisbén genera represamiento.
• El Sisbén facilita procesos fraudulentos.
• Los compradores con puntuación baja pueden entrar en lista de espera por varios meses.
• Los compradores con puntuación alta pueden tener menos posibilidades de cierre financiero y créditos bancarios
• Se adicionarán trámites que demoran el proceso de compra.
• El proceso de asignación quedaría en discreción del ministerio y se puede convertir en lotería.
• Se generará incertidumbre en el negocio inmobiliario.
Mi Casa Ya bajó el déficit
Con la anterior dinámica, desde 2015, cuando se creó Mi Casa Ya, hasta el 7 de agosto de 2022, se otorgaron 256.000 subsidios: 11.152 de ellos en Norte de Santander (4,3% del total).
Tras la llegada de Gustavo Petro, se han entregado y desembolsado 7.068 auxilios a nivel nacional, 445 en Norte de Santander (6,29%), de acuerdo con cifras entregadas por el Ministerio de Vivienda.
La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) señaló que en 2021 el programa de vivienda impactó el déficit habitacional y se redujo 9% en Norte de Santander, por lo que considera que es un valioso instrumento para la superación de la pobreza.
Con Mi Casa Ya, los propietarios tienen 73,74% más probabilidad de estar fuera de la pobreza y la vulnerabilidad.
Con las nuevas condiciones, el programa estará alejado de la realidad. El sector prevé los siguientes riesgos:
• El Sisbén IV está susceptible a tener procesos fraudulentos, por ende, el subsidio no estaría llegando a los menos favorecidos.
• Las personas con ingresos bajos (0-2 salarios mínimos) no tendrán cierre financiero ni prestamos en bancos.
• No existirá Vivienda de Interés Prioritario (VIP) para las personas de menores recursos.
•La evaluación para vivienda rural tiene un escenario difícil: volúmenes bajos, costos altos, dificultad y costos de transporte, accesibilidad, contar con mano de obra calificada
•La construcción no se focalizará en lo rural ni pequeños municipios por la baja demanda.
•La demora por la definición del programa está quebrando a las pequeñas empresas que no cuentan con liquidez para aguantar.
•Se producirá decrecimiento en el tejido empresarial, lo que aumenta el desempleo, baja el PIB y afecta por completo al sector y subsectores.
Frenazo a la vivienda
Con los cambios que hizo el Gobierno nacional a Mi Casa Ya, Norte de Santander es uno de los departamentos más afectados, debido a que el 84% de la vivienda que se construye en la región es Vivienda de Interés Social (VIS) y es la más golpeada por estos factores.
El año pasado, en este territorio se comercializaron 3.807 unidades VIS y la proyección para 2023 es de 2.822 unidades, es decir, mil viviendas menos.
Mateo Montebello, gerente de Camacol Cúcuta y Nororiente, explicó a La Opinión que el panorama es de incertidumbre, tanto para constructor como el comprador.
Lea también: Con Tienditas, comercio de Venezuela vuelve a revivir: superintendente del Seniat
“Las personas están más prevenidas en la manera en la que gastan su dinero. A esto se suma la inflación de 2022 (13,12%) y las alzas de las tasas de interés. Todo esto provoca que sean menos las personas que tengan la posibilidad de un cierre financiero para adquirir una vivienda nueva”, añadió Montebello.
Cifras de Camacol Cúcuta y Nororiente indican que las ventas bajaron 21% en febrero de 2023,al igual que los indicadores de lanzamientos, iniciaciones y oferta.
Los datos muestran que no hubo lanzamientos en el segundo mes del año. Se alcanzaron 395 iniciaciones (355 VIS y 41 No VIS) y solo se concretaron 234 ventas (197 VIS y 37 No VIS).
“En Norte de Santander, los lanzamientos bajaron un 30% más que a nivel nacional, pero las iniciaciones, por el contrario, aumentaron muchísimo porque lo que se vendió en el 2021 se inició a construir en el 2023”, dijo el vocero de los constructores.
Montebello advirtió que, a pesar de la gran cantidad de proyectos iniciados y las múltiples unidades de vivienda por entregar, no se han asegurado los recursos para los subsidios correspondientes, lo que ocasionaría pérdidas para los compradores y constructores.
Camacol prevé una demanda de subsidios para 2023 de 90.000, superior a los 50.000 que anunció la ministra Catalina Velasco, lo que quiere decir que uno de cada tres hogares no tendrá este beneficio.
Los cambios generan barreras
La preocupación por el menor presupuesto asignado este año a Mi Casa Ya no es solo del sector construcción, también de otros como la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), la cual, en su Reporte ANIF Sector Construcción (RASC), indicó que las modificaciones generan en el peor momento una crisis en el programa bandera de la política de vivienda en Colombia.
“Los cambios de topes, las modificaciones de priorización, sumados a un bajo presupuesto, constituyen la paralización del esquema de demanda de subsidios de vivienda. De antemano, no es negativo que la política de vivienda quiera cubrir un mayor segmento de la población. De hecho, el mismo ministerio, con –el programa- Cambia tu Casa, ha ampliado la capacidad de atender a esta población”, señaló.
Lea aquí: Formalizar las empresas, clave para impulsar la economía popular
La ANIF aseguró que esta restructuración se da en un momento complejo para el sector edificador, que ha visto un decrecimiento. También alertó que los hogares que no estén en el Sisbén no podrán participar, lo que limita la demanda del programa por una nueva barrera de acceso.
“Aunque el mecanismo de focalización puede ser entendido, genera grandes elementos de riesgo para la ejecución del programa donde los hogares priorizados son aquellos que probablemente tengan las condiciones menos favorables para acceder a un crédito de vivienda”.
En el reporte se señaló que falta establecer si esto generará cuellos de botella en el sistema frente un escenario actual de rapidez en las resoluciones de asignación de subsidios. “La focalización por categoría de municipio deja a las grandes ciudades con limitaciones fuertes de acceso a la vivienda. Por el sistema de puntaje presentado por el ministerio, los municipios de categoría 1 y 2 serían los más perjudicados en favor de los de categoría 5 y 6”.
En el proceso de ampliación del programa a más ciudades debería existir un estudio que soporte la demanda en este tipo de municipios, porque este criterio genera barreras de acceso para familias de bajos ingresos que aun requieren una vivienda, señaló la ANIF.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion