Unas cuantas estadísticas llamativas de la primera etapa de la Copa América Centenario: Argentina ganó sus tres partidos con 10 goles a favor y apenas uno en contra. Lionel Messi no jugó en el primer encuentro, y en los otros dos salió de la banca como el mejor suplente jamás visto.
Y así, con apenas 75 minutos totales de cancha, el astro del Barcelona suma tres dianas y es el máximo artillero del torneo.
Instalada en los cuartos de final, la Albiceleste finalmente dará rienda suelta al jugador insignia del campeonato. Y Venezuela podría pagar las consecuencias.
El pelotón de los ocho mejores de la Copa Centenario quedó definido el martes cuando el actual campeón Chile derrotó 4-2 a Panamá y se agenció el último boleto a unos cuartos de final atípicos, que no contarán con Brasil ni Uruguay, dos gigantes de Sudamérica que se despidieron en la fase de grupos.
El anfitrión Estados Unidos pone en marcha este jueves la segunda ronda contra Ecuador en Seattle, Colombia enfrenta a Perú el viernes en Nueva Jersey, y las dos atracciones estelares, Argentina y México, suben a escena el sábado ante Venezuela y Chile, respectivamente.
“(México) va a tener seguramente el 80 o 90% de la gradería a su favor”, anticipó el técnico de Chile, Juan Antonio Pizzi, sobre ese compromiso en Santa Clara y subrayando lo que ha sido evidente desde que el primer día: puede que el torneo para conmemorar los 100 años de la Copa América se juegue en Estados Unidos, pero el verdadero equipo local es México.
Los mexicanos vencieron a Chile 1-0 en un amistoso en San Diego en la antesala de la Copa.
Si el “Tri” es el local extraoficial por la enorme colonia mexicana en cada rincón de Estados Unidos, Argentina es la selección que todos los demás quieren ver, y el motivo principal es el hombre que no se cansa de romper récords con el Barcelona.
Messi llegó al torneo tocado por una lesión de costillas y la zona lumbar que sufrió en un amistoso ante Honduras, y con una enorme carga mental tras testificar en España en el juicio en su contra por fraude fiscal.
Ante ese panorama, se ausentó de la victoria 2-1 sobre Chile en el debut, una pequeña revancha por la derrota ante el mismo rival en la final de la Copa América del año pasado, pero que dejó como secuela una lesión de Ángel Di María que lo marginará al menos hasta las semifinales
Casi recuperado, el técnico Gerardo Martino prefirió no arriesgar a Messi de entrada en la segunda fecha contra Panamá, aunque salió de la banca en el segundo tiempo y logró un triplete en media hora para encabezar la paliza 5-0. Con la clasificación ya asegurada y ante un rival eliminado, el ariete volvió a salir de suplente contra Bolivia y jugó el segundo tiempo del triunfo 3-0.
“La gente quiere verlo de entrada”, reconoció Martino, quien finalmente le dará el gusto a los hinchas el sábado en el estadio Gillette de Foxborough (Massachusetts), el hogar de Tom Brady en la NFL. “El convivir con esa situación de estar en el banco o jugar desde el inicio, y tener la obligación de cumplir con la gente que paga la entrada para verlo, él ya lo tiene perfectamente asimilado y puede vivir con eso”.
Messi tiene otra enorme motivación para sumar minutos, y goles, ante Venezuela: con 53 tantos, está a uno del récord histórico de la albiceleste en manos de Gabriel Batistuta.
“Tienen sobrados medios para estar en el lugar que están”, advirtió Martino sobre Venezuela, que derrotó 1-0 a Uruguay en la fase de grupos. “Han eliminado a equipos importantes”.
Nueva York | AP
