Todos los sueños de 2018 se podrían materializar este domingo. Todo el trabajo del Cúcuta Deportivo podría ser recompensado en esta, la penúltima fecha (5) de los cuadrangulares del Torneo Águila.

El equipo rojinegro, que se enfrenta al Cortuluá en un partido que será de infarto, buscará una victoria que lo asegure, desde ya, en la máxima categoría del fútbol colombiano. Sin embargo, un empate será suficiente para asegurarse ese cupo. Pero conociendo el esquema de juego ofensivo de Lucas Andrés Pusineri, el conjunto no saldrá a ceder ningún punto. 

En el choque, que está programado para  disputarse a las 3:15 de la tarde, el Cúcuta podría dar la vuelta olímpica. Esa sería la mejor recompensa para un grupo que nunca se sacó de la cabeza el objetivo de jugar una vez más en la A. Desde aquel 12 de febrero cuando empezó el Torneo y hasta hoy, los elogios sobran para la mayoría de jugadores y para el cuerpo técnico. 

Ascender anticipadamente sería un panorama utópico, pero lo cierto es que todavía nada está asegurado. Una derrota en el encuentro de hoy los obligaría a ganar en su último partido (ante Llaneros, en el General Santander), para lograr un ascenso sin afugias. De lo contrario, y dependiendo como se den los resultados entre los demás partidos del grupo, el equipo de la frontera hasta tendría que disputar su cupo por medio del repechaje (reclasificación).

El cuadro rojinegro todavía tiene sus dos opciones de llegar a la A intactas, pero si ha habido un partido importante para asegurar un buen resultado, ese es el de hoy ante el Cortuluá. 

Año hipotecado

Siempre que tiene oportunidad de hablar ante los micrófonos, el técnico motilón Lucas Pusineri recalca que nada se ha ganado y que en cada partido se “hipoteca lo hecho durante el año”, por lo que todos los encuentros son finales anticipadas.

El de esta tarde es el más claro ejemplo, y tanto jugadores como cuerpo técnico lo tienen claro. 

“Yo creo que este es el partido del año, el que todos queremos jugar. Es el partido que la afición cucuteña espera que saquemos adelante porque estamos cerca de conseguir el objetivo. Pero estar cerquita significa también que es más difícil”, reflexionó antes del encuentro el lateral cucuteño Mauricio Duarte. 

Jugar con la necesidad

Cortuluá solo tiene un camino por delante si quiere seguir aspirando al título y ese el de ganar. Un empate o una derrota lo dejarán sin oportunidades de optar por la A, este año.

Eso es algo que puede aprovechar el once cucuteño, porque será un encuentro más abierto, donde los espacios se darán. Allí es donde deberá aparecer la efectividad motilona para lograr concretar las opciones que se logren orquestar. 

Ambos equipos cuentan con calidad táctica y un ataque de cuidado, pero el más constante durante el año ha sido el rojinegro que durante todo el Torneo solo ha perdido un partido. 

“Nosotros cuando jugamos de visitantes no nos echamos atrás; hay circunstancias en las que te tienes que defender, es normal, pero este equipo siempre que va de visitante ha sacado unos buenos resultados. Yo pienso que, con la voluntad de Dios, esta no va a ser la excepción. Queremos darle la alegría a toda la hinchada, que se lo merece”, agregó el explosivo atacante cartagenero, Jhon Vásquez.

Con 10 puntos en la tabla de posiciones del cuadrangular A y con 81 tantos en la de reclasificación, el equipo motilón solo necesita sumar un punto hoy para asegurarse un cupo en la A, puesto que se haría inalcanzable para cualquiera de los equipos que aspiran al ascenso. Si se da el resultado, el Cúcuta Deportivo solo jugaría la final, ante el líder el grupo B, para definir quién se queda con la copa.

Por otra parte, si lo que se consigue en Tuluá es una derrota, el elenco cucuteño se vería obligado a vencer a Llaneros en el último partido (fecha y hora por definir) para poder ascender directamente.

El rival de más importancia en estos momentos es Cortuluá y si este vence en los dos duelos que quedan por delante (el de hoy y el próximo ante Real Cartagena), el Cúcuta Deportivo deberá asegurar tres puntos en casa o resignarse al ascenso por repechaje.