Los vendedores de carnés de vacunación de COVID-19 se encuentran en las calles de Cúcuta, y en tan solo cuatro horas, los tienen listos para entregarlos a sus clientes.
La Opinión emprendió una búsqueda por el centro de la ciudad para rastrear la ruta de falsificación de estos documentos y después de indagar con muchas personas se encontró a alguien que se encarga de venderlos.
¿Dónde puedo conseguir un carné de vacunación? preguntó un periodista a esa persona, quien respondió que lo podía entregar en menos de cuatro horas, sin necesidad de ir a un punto de vacunación.
¿Cómo va a quedar?,¿es parecido al original?, se le preguntó. La persona aseguró que quedaría tan similar que pasaría desapercibido, con un costo de 40.000 mil pesos.
En menos de cuatro horas, el periodista tenía el documento en sus manos. En el proceso de revisión, para detectar qué lo diferenciaba del original, se encontró que el carné falso estaba elaborado en Opalina, un tipo de papel que resalta por su imponente color blanco, a diferencia de los originales que tienen un color más opaco.
En su interior tenía registradas dos dosis de Moderna, con su respectivo lote y el sello de un centro médico que hace jornadas de vacunación en la ciudad. También el nombre de la supuesta persona que se encargó de poner las vacunas.
Al contactar al centro médico para verificar si tenían conocimiento de que estaban siendo suplantados en carnés ficticios, un vocero manifestó que notaba que el sello de la entidad se veía un poco más grueso que el original y que el código del lote no era correcto.
Antes de que La Opinión descubriera que la falsificación de carnés era todo un hecho, el mayor William San Juan, jefe de la Seccional de Investigación Criminal de la Sijín, aseguró que en la ciudad no se han presentado denuncias oficiales sobre este tema.
Sin embargo, hizo énfasis en que las personas que se dedican a la actividad, están incurriendo en el delito de falsedad de documento público, según el artículo 287 del Código Penal, que tiene como consecuencia 48 a 108 meses de prisión.
Un engaño para la salud de los cucuteños
Vender un carné falso y adquirirlo, sería un engaño no solo para quienes no quieren vacunarse, sino también para los que están a su lado.
Para el médico intensivista, Arturo Arias, “tiene que haber una forma en que las personas no falsifiquen este documento”, porque significa un riesgo para todos.
“Estamos haciendo lo mismo que estar encerrados en un restaurante o un hotel y no tener ventilación. Un certificado de vacunas falso representa un atentado contra la salud pública. Las personas no piensan en los riesgos que eso trae”, expresó.
Los carnés físicos no cuentan con un sello o indicador que a simple vista garantice su autenticidad, y se recurre a los certificados digitales para comprobar que alguien está vacunado.
Sin embargo, se han presentado demoras de los registros en las bases de datos que le impiden a algunos cucuteños acceder a este documento.
De acuerdo con el director del Instituto Departamental de Salud (IDS), Carlos Martínez, esto se debe a que en ocasiones se cae la plataforma e impide que las personas puedan descargarlo.
“La información de quienes se vacunan tiene que ser reportada diariamente por cada institución que hace el proceso”, sostuvo Martínez.
Sin embargo, La Opinión ha conocido casos de cucuteños que, a pesar de haber completado su esquema de vacunación hace más de tres meses, aún no aparecen registrados en Mi Vacuna, lo que genera una barrera a la hora de contrastar los datos oficiales del sistema con los carnés que la gente presenta en establecimientos públicos.
De otro lado, la secretaria de Salud Municipal, Tatiana Cáceres, afirmó que este mes se encuentran trabajando en la posibilidad de tener un sistema de información que permita a los dueños de establecimientos públicos saber si alguien de verdad está vacunado.
Se prevé que esta plataforma podría funcionar con tan solo ingresar el número de cédula de las personas pero aún no se conoce una fecha exacta para su ejecución.
La falsificación de pruebas también está presente
El médico Carlos Roberto Varón, miembro de la Unidad Hematológica Especializada se refirió a dos casos que se presentaron hace diez días, en los que se usó el nombre de la entidad para falsificar pruebas PCR.
El primero de ellos, se presentó cuando una persona iba a abordar un vuelo internacional, y la aerolínea encargada le solicitó la prueba de COVID-19, donde se evidenció que el documento usaba el nombre de la unidad médica, pero la prueba no había sido realizada en el lugar.
Al día siguiente, el centro médico recibió la llamada de un especialista que iba a realizarle un procedimiento estético a una paciente, quien presentó otra prueba falsa a nombre de la entidad.
Finalmente se comprobó que la información tampoco coincidía y se suspendió a tiempo la intervención médica de la mujer.
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