Pasar de estudiar cinco a ocho y nueve horas diarias no ha tenido mucha resistencia este año entre los 150 estudiantes de primaria de la escuela El Pórtico.
Allí, al igual que en otras seis escuelas de Cúcuta en las que reciben clases 561 estudiantes y que fueron escogidas como pilotos, se emprendió en el presente calendario académico la jornada única escolar.
Pasamos más rato con nuestros compañeros y profesores, destaca Juan Antonio Mejía, de 11 años, estudiante de sexto grado en la escuela de El Pórtico.
Para los escolares el alargue es lo de menos, dicen.
El cambio de régimen escolar planteado este año por el Gobierno Nacional en todo el territorio nacional, para implantar un nuevo proceso educativo que apunte a la reunificación, al mejoramiento de la calidad y al fortalecimiento del aprendizaje, tiene más amigos que enemigos y así lo demuestra el pensamiento de las partes que están al frente del sector.
No obstante el consenso generalizado de aceptación, hay varias cosas que preocupan seriamente a los responsables de prestar el servicio a los 114 mil 500 estudiantes que cursan estudios en las 69 instituciones educativas públicas de Cúcuta: la infraestructura, los maestros y el transporte.
Hay muchos vacíos en estas materias, dice Hugo Cárdenas, presidente de la Asociación de Institutores de Norte de Santander (Asinort), quien asegura que Cúcuta no está preparada.
“Dónde están los colegios, los restaurantes escolares, los maestros y el transporte para el estudiantado, eso aún no está garantizado”, dijo Cárdenas.
En el caso de los docentes, si no se replantea el actual régimen laboral de los maestros (seis horas diarias), no creo que aceptemos la jornada única, dado que la jornada se alargará a ocho horas.
Esto que plantea Cárdenas ya está en proceso de cambio, asegura el secretario de Educación encargado, Jesús Sepúlveda.
El responsable de la educación en Cúcuta dijo que Cúcuta priorizó unas obras de infraestructura para 2016 en las que están aprobadas 33 instituciones educativas para implementar la jornada única. Estas obras comprenden entre otras, construcción de aulas, laboratorios, comedores, escenarios deportivos, así como el mejoramiento de la ventilación.
No obstante esto, Sepúlveda precisó que el proceso solo se aplicará en forma con los 114 mil 500 estudiantes de primaria y secundaria del sector público a partir de 2017.
“La evaluación de la jornada piloto que se puso en marcha este año la mediremos con las pruebas Saber que se harán en el presente mes y con lo cual sabremos si en realidad funciona la cosa”, dijo el funcionario.
El Ministerio de Educación anunció también que vendrá a evaluar los resultados y a mirar la posibilidad de ampliar la jornada de seis a 30 planteles en 2016.
Cárdenas señaló que al igual que en Cúcuta, en los demás municipios del departamento tampoco están preparados para despegar el próximo año con la jornada única.
Eduardo Parra, presidente de la liga de padres de familia de Cúcuta, coincidió con Cárdenas en el sentido de que nada más en lo que respecta con los comedores, las instituciones educativas no están preparadas para sumir el reto de atender la demanda de más escolares. “Solo en el colegio Pablo Correa ya no serían dos mil 500 estudiantes sino 4 mil los que necesitarían ir al comedor, así como una planta más de 32 aulas.
Patricio Melgarejo, presidente de padres del colegio Santos Apósteles, señaló que allí todos están interesados en implementar la jornada única, pero el hacinamiento que hay por la falta de aulas es terrible. “También necesitamos comedores escolares y unas 12 aulas”, agregó.
En qué consiste
La jornada única se entiende como una jornada escolar de 7 horas para preescolar, 8 horas para primaria y 9 horas para secundaria, en la cual los estudiantes adelantan actividades que hacen parte del plan de estudios del establecimiento educativo.
Desde la reciente rajada en las pruebas Pisa, el país entero encendió las alarmas frente a la calidad educativa que reciben los estudiantes del sistema educativo público, especialmente en los niveles de básica primaria y secundaria.
Según las autoridades educativas, con este modelo los niños y jóvenes estarán menos expuestos a la calle y sus vicios, en los que acostumbran a caer por exceso de tiempo libre.
La delincuencia, drogadicción, televisión, prostitución, videojuegos y demás, podrán ser controlados si los niños tienen su mente ocupada en otros intereses educativos que enriquezcan su conocimiento y visión del mundo, dijo el secretario de Educación (e) de Cúcuta, Jesús Sepúlveda.
“Esta estrategia busca también, mediante el aumento de horas de permanencia en el colegio, aportar a la equidad, ofreciendo mejores oportunidades a los estudiantes de colegios oficiales a través del mejoramiento de la calidad de la educación pública en el fortalecimiento de competencias básicas, precisó el funcionario.
La financiación de este nuevo régimen en Cúcuta la asumirá el Gobierno Nacional con $100 mil millones (equivalentes al 70%) y la alcaldía deberá colocar el otro 30% para recibir el beneficio y ampliar la infraestructura de los colegios seleccionados.