Debido a la temporada de lluvias que se presenta en Norte de Santander, en especial en la ciudad de Cúcuta, varios ciudadanos han empezado a reportar la presencia del caracol gigante africano, un molusco invasor que devora cultivos y jardines, además de ser un foco transmisor de parásitos que afectan la salud humana.
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Es considerado una plaga de importancia ambiental, dado que en Colombia no hay depredadores naturales que controlen sus ciclos de reproducción. Está en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
Se caracteriza por tener una concha que puede llegar a alcanzar los 15 cm de longitud, de forma helicoidal conformada por 7 a 9 vueltas y con una punta nítidamente aguda. La superficie de la concha es lisa, lustrosa con bandas longitudinales grandes e irregulares de color violeta oscuro sobre un fondo amarillo claro.
Por esta razón, desde la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) se tienen establecidas las recomendaciones para la manipulación de este animal.
Primero, se debe identificar la especie antes de iniciar el control, destacando que si se trata de un caracol africano, estos no se deben tocar y se debe evitar el contacto con la baba, especialmente en ojos, nariz y boca. Si se llega a tocar, hay que lavar el cuerpo inmediatamente.
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Se deben eliminar de los jardines restos de madera, tejas y ladrillos o elementos que puedan ser utilizados como refugio por el caracol.
En caso de ser necesario, tomar los caracoles con guantes impermeables, tapabocas y colocarlos en una bolsa, meterlos en agua con sal común y enterrarlos. Los guantes utilizados deben ser desechados.
Recordar que es una especie invasora y por lo tanto no puede ser utilizada como carnada, mascota o adorno.
De igual forma, la autoridad ambiental recomienda no consumir, ni manipular productos de caracoles que no están autorizados por las autoridades competentes, verificando siempre la procedencia de estos.
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Piden no utilizar venenos contra el caracol, ya que pueden afectar a niños, mascotas o fauna nativa y mucho menos, permitir que los menores participen en la captura del molusco.
Asimismo, tener en cuenta que no se deben movilizar caracoles hacia otras zonas y ser precavidos al trasladar plantas u otros objetos, ya que los huevos podrían alojarse allí.
Tampoco se pueden arrojar a la basura, para evitar que proliferen en otros ambientes y hacer la recolección de esta especie en tanques o recipientes herméticos.
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