“Un barbero es un servidor público, alguien que está puesto para los demás y lo hace de manera correcta. Logramos alegrarle el día a una persona gracias a nuestro trabajo”, dijo Alexander Chaparro, de 33 años, quien llegó a Cúcuta hace 8 años y no ha dejado de incursionar en el arte de la barbería.

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Chaparro, conocido como ‘Alcon barber’, nació en el estado Miranda en Venezuela. Desde muy niño se interesó por las máquinas de corte y su padre, quien lo vio muy animado, le compró una. Eso sí, Alexander recuerda con nostalgia que era muy inexperto, pero las ganas de aprender no le faltaban.

“Antes hacía mi trabajo de manera empírica, con mis amigos yo iba de aquí para allá y de esa manera me fui formando.  A pesar de que hice otros oficios, perdí a mi madre y tuve que ayudar a mi papá con mis hermanos, nunca me desvié del camino, que era ser barbero”, contó.

La historia de Chaparro continuó en Caracas, donde estudió labores sociales y realizó varios cursos con fundaciones del Gobierno. Luego, fue al estado Táchira a trabajar como barbero, lugar donde reconocieron su gran desempeño y lo motivaron a ir más allá.

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Al salir del Ejército, Alexander trabajó como barbero en Rubio, ciudad en la que ayudó a otros muchachos a desenvolverse en su misma profesión y donde también, cuando menos se lo esperaba, encontraría el amor en Luz Mery Lázaro, una hermosa nortesantandereana oriunda de Sardinata.

Con la ilusión de encontrar una mejor calidad de vida, hace 8 años llegó a Cúcuta junto con su amada, pero se encontró con varios comentarios negativos como “los venezolanos solo vienen a quitar el trabajo” o “solamente nosotros (los cucuteños) podemos ejercer acá”.

El joven venezolano no se dejó abatir ante la adversidad y como un ángel caído del cielo, una mujer le dio la oportunidad de atender un punto ya establecido. Poco a poco fue formando su propia clientela y ganándose el cariño de todos.

Sin embargo, llegó la pandemia y lo que para muchos fue un momento de crisis y retroceso, en cambio para Alexander fue la oportunidad de crecer como profesional ya que ingresó a la Primera Academia Internacional de Barbería para formarse como cosmetólogo.

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“La mayoría de nosotros, los barberos, tenemos la capacidad de decirles a las personas con un léxico muy coloquial que es lo que se quiere hacer, yo no quería eso, yo quería hablarles de una manera muy profesional. Quiero darle la seguridad a mis clientes de que yo soy la persona adecuada para atenderlos”, dijo firmemente Chaparro.

Actualmente, Alexander es un hombre feliz, tiene una hermosa hija y se siente cada día más orgullos de sí mismo, pues, junto a su esposa, abrieron ‘Studio Alcon’, su propia barbería ubicada en La Pastora (cerca de la cancha sintética), donde atiende a cada uno de sus clientes por cita.

“Cuando las personas vienen siempre tomamos en cuenta varios aspectos, su tipo de cráneo, oficio, personalidad y muchas veces la ocasión. No es cortar por cortar, es hacer un verdadero asesoramiento y trabajo. No tendré la mejor barbería, pero te daré el mejor servicio”, afirmó.

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