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Cúcuta
Expertos dicen que movilidad de Cúcuta está frenada
En la ciudad hay no menos de 180 mil carros y 70 mil motocicletas, y solo 25 agentes regulando el tráfico vehicular.
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Orlando Carvajal - Periodista La Opinión
Orlando Carvajal
Lunes, 22 de Junio de 2015

No basta con tener las principales avenidas despejadas para decir que en la ciudad la movilidad de las personas está garantizada.

Cúcuta es una de esas ciudades en donde se piensa así, dicen expertos en ingeniería de transporte consultados por La Opinión para conocer sus conceptos en torno de cómo estamos en esta materia, en qué se está fallando, qué hace falta para corregir los errores y qué alternativas de solución hay a la vista.

Para empezar, el ingeniero de vías y transporte, y asesor de varias empresas de transporte público y privado de Cúcuta, Jorge Villamizar Rosas, aclara que hay un concepto equivocado en la ciudad cuando se habla de movilidad, dado que se relaciona con los carros y en realidad es con las personas.

“¿Cómo me muevo yo cuando salgo de mi casa en el norte y me dirijo al trabajo en el sur, en una ciudad como Cúcuta?”, se pregunta el experto.

Y la respuesta de él surge de inmediato: ‘terrible’.

A pie es muy difícil porque los andenes no sirven para nada, son un verdadero camino de herradura, con altibajos y huecos, y si se trata de un discapacitado, peor, dice Villamizar.

Esto está obligando al mayor uso de vehículos porque los andenes no sirven, también la sombra se está acabando y el sol es inclemente, agrega el ingeniero.

Y si a esto le sumamos que en los últimos diez años la ciudad ha perdido como por encanto 57 hectáreas de espacio público, según estudios de un grupo interdisciplinario conformado por Camacol Cúcuta & Norte de Santander, y los arquitectos Ramiro Alberto Vargas, José Alfredo Suárez, Bierman Suárez, Ximena García, Julio Delgado, Marlon Galvis, Ronald Díaz, Adriana Gallo y Ana Zuleima, a los cucuteños cada vez se le hará más difícil moverse dentro de su propia ciudad.

Transporte vs Tránsito

Para los expertos en ingeniería de vías y transporte, en Cúcuta también se tiende a confundir dos conceptos fundamentales cuando se habla de movilidad: el transporte y el tránsito.

“El transporte es el concepto universal y sus diferentes tipos, el aéreo, el férreo, el marítimo, el terrestre, etc., mientras que cuando hablamos de tránsito hay que relacionarlo con las condiciones que me brindan las autoridades para movilizarme de un lugar a otro”, señala el experto en vías, Jaime Díaz.

En esto último se incluyen las vías, la infraestructura de transporte, la señalización, los vehículos y la semaforización, entre otros aspectos, dice Díaz.

Sin embargo, a juicio de Villamizar, hay un elemento fundamental: el humano, y aquí hay que hablar de cómo se están movilizando en Cúcuta los pasajeros, el conductor, el peatón, el minusválido, el niño y los ancianos, “porque todos participamos del tránsito desde el momento mismo que salimos de nuestras casas”.

Las vías

En Cúcuta, recuperar la malla vial, constituida por 1.200 kilómetros lineales, cuesta alrededor de 1 billón de pesos, casi dos veces el presupuesto anual del municipio.

El arquitecto Juvenal García, experto en movilidad y urbanismo, asegura que estudios adelantados recientemente por el sector de la ingeniería de vías y transporte arrojaron que la malla vial de la capital nortesantandereana, pese a las importantes intervenciones que se le han hecho en los últimos cuatro años, se encuentra deteriorada en un 70 por ciento, es decir, hay 840 kilómetros en mal estado, en especial en los barrios en los que el pavimento hace rato cumplió su ciclo de vida útil.

Y la movilidad sin vías en buen estado se retrasa, más si estas no cuentan con señalización, dice Villamizar, para quien la ciudad necesita hoy de 20 mil señales verticales, llámense complementarias, preventivas o informativas.

Además –dice- se necesita ampliar la red semafórica, que está obsoleta en un 95 por ciento, con unas 500 intersecciones viales nuevas, a un costo de 50 mil millones de pesos.

A parte de esto hay que pensar en instalar un control maestro o centro semafórico, para llevar el control de la red, como ya lo tienen en Bucaramanga, Bogotá y Medellín.

Los vehículos

En cuanto a los vehículos, Cúcuta cuenta con unos 180 mil automotores y unas 70 mil motocicletas, y de estas cifras el parque automotor tipo taxi es de 7 mil 500 y el de transporte colectivo de unas 2 mil 500 lechuzas.

En este último parque automotor, la mayoría de unidades cumplieron ya su ciclo de vida útil y deben pasar a chatarrización, por lo que en la actualidad los pasajeros se movilizan en condiciones inseguras para su integridad, sostiene el ingeniero de transporte, Horacio Mejía.

Este experto cuestiona el incremento desbordado que en los últimos años ha sufrido el parque automotor tipo taxi, “máxime teniendo en cuenta que un estudio que se hizo en el año 2011, durante la administración de Manuel Guillermo Mora, arrojó que en Cúcuta sobraban 2 mil 500 de estos vehículos.

Otro problema grave que se suma al frenazo que se está dando en la movilidad de la capital nortesantandereana tiene que ver con las motocicletas, un parque automotor que va en franco aumento por el ingreso de motos venezolanas a la ciudad, en el último año con unas 20 mil.

Villamizar dice que la ciudad no cuenta con vías para ellas y ello es grave porque se están mezclando en las calles vehículos de dos ruedas con los de cuatro.

“Se ha abusado de las motos y, lo peor, nadie sabe qué es lo mejor para brindar seguridad en las vías para los motociclistas, al igual que para los ciclistas”, dijo el ingeniero.

Las políticas

Para los expertos, cualquier estrategia que se ponga en marcha en una ciudad como Cúcuta, llámese pico y placa o Día sin carro, puede resultar contraproducente, mientras se mantengan las actuales condiciones de infraestructura y de tránsito que ofrecen las autoridades.

En materia de espacio público, su recuperación está proyectada en el mediano plazo con el manual sobre la materia  que el municipio adoptó a finales del año pasado del estudio presentado por Camacol Cúcuta & Norte de Santander.

“Está dirigido a establecer una política y a generar condiciones de movilidad, de accesibilidad, de rentabilidad, calidad y reparabilidad”, dice uno de los autores del manual, el arquitecto Ramiro Alberto Vargas.

Sin embargo, en materia de tránsito, pocas luces, por decir  ninguna, se observan en el horizonte, “debido a que nadie quiere arreglar el problema, no hay voluntad de ninguna autoridad”, dice Villamizar.

Para este experto resulta increíble que en casi todas las secretarías de Tránsito del departamento hay nombrados abogados, administradores de empresas, arquitectos, menos ingenieros de vías y transporte, que son los que conocen de la materia.

“No vemos por ninguna parte campañas que inciten a cambiar de actitud a los ciudadanos frente al caos en que está sumida la ciudad en materia de movilidad”, sostiene por su parte María Luisa Otero, maestra de un colegio privado de Cúcuta.

Por ello, el caos que se vive a diario en el centro de Cúcuta jamás llegará a su fin, sencillamente porque todos hacen lo que quieren con el espacio público y porque no hay autoridad que lo impida, cuestiona la educadora.

Agrega que es importante que se emprendan campañas desde ya para educar a los niños sobre el buen uso del espacio público y en normas de tránsito.

“Es importante también redireccionar los conceptos y las políticas, porque movilidad no es que el carro no tenga en dónde estacionarse, eso hace parte del tráfico, la movilidad es que el ciudadano, para ir a su trabajo, se movilice sin obstáculo, de manera eficiente, y en ello las autoridades competentes están fallando”, concluye Villamizar.

Por ejemplo –cuestiona- no se explica cómo en una ciudad con tantas necesidades en materia vial y con una presencia de no menos de 180 mil carros y 70 mil motocicletas en las vías estén regulando el tráfico vehicular 25 agentes de policías.

En ciudades como Barrancabermeja, con unos 500 mil habitantes, el tránsito automotor es controlado por 80 agentes, mientras que Bucaramanga, con 590 mil habitantes, la misión la cumplen 116 agentes.

Por eso es que Cúcuta es considerada el parqueadero más grande de Colombia y así lo sustentan recientes estudios sobre movilidad hechos por el gremio de ingenieros de vías y transportes de la capital nortesantandereana, al registrar en una misma hora 2 mil 500 carros estacionados en las calles.

La administración municipal asegura que la ciudad sí cuenta con parqueaderos, unos 400, y que lo que sucede es que falta cultura ciudadana, “más sentido de pertenencia con la ciudad”.

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