Norte de Santander no es ajeno a la crisis de sistema hospitalario colombiano por cuenta del tercer pico de contagios de la COVID-19, que tiene en muchas ciudades en su máxima ocupación las Unidades de Cuidados Intensivos, con saldo de decenas de muertos a diario.
En el Hospital Universitario Erasmo Meoz de Cúcuta (HUEM), el principal centro asistencial de la región, al personal de salud, al igual que ocurren en otras clínicas y hospitales de la geografía colombiana, le están pasando factura los 16 meses de la emergencia sanitaria.
Hay un marcado agotamiento y desgaste físico y mental entre los médicos, las enfermeras y quienes trabajan en la primera línea de atención, debido a extenuantes jornadas, el enfrentarse a diario a situaciones tan difíciles, donde además de la carga laboral está la afectación emocional cuando se pierde la vida de un paciente.
Maribel Trujillo, subgerente de salud del HUEM, le dijo a La Opinión que entre el personal de planta y vinculado por cualquier modalidad de contratación se cuenta con 1.900 trabajadores. “No estamos ajenos a la situación que se está viviendo en otras zonas del país, porque hemos tenido renuncias, hay profesionales que ya están cansados, personal que está con agotamiento, tanto físico como psicológico”, agregó.
Las renuncias presentadas han sido fundamentalmente entre los grupos de enfermería, médicos generales, área de fisioterapia, “debido al cansancio, con más de un año en esta contingencia, con pacientes que requieren mucho cuidado, cuadros clínicos bastante complejos y de mucha responsabilidad, que genera estrés, no solamente por la jornada laboral sino muchas veces por ataques de las familias que agreden verbalmente al personal de salud, generando que muchos profesionales prefieran renunciar”.
Esto coincide con lo expresado por profesionales de la salud en las diferentes ciudades colombianas, donde han tenido que asumir la expansión de los servicios de salud y la enorme demanda de pacientes en UCI y en otros servicios clínicos por contagios con coronavirus.
El personal está desesperado, se siente solo enfrentando una emergencia sanitaria, con un cansancio acumulado de tantos meses, donde además de las largas jornadas laborales, los trabajadores e tiene que doblar en los turnos, lo que genera gran estrés laboral y estrés emocional muy alto, según lo que expresan quienes están enfrentando esa dura batalla contra un enemigo tan poderoso y mortal como es la COVID-19.
Cifras apremiantes
En el Erasmo Meoz, con corte al 14 de junio, la ocupación era del 91% en camas UCI para COVID-19 (145 camas ocupadas de 159 que tiene el hospital) con solo 14 disponibles.
Según el Instituto Departamental de Salud (IDS, Norte de Santander se encuentra con una ocupación UCI del 95%, con corte al 14 de junio.
El aumento de los casos se atribuye al tema de los conglomerados, posiblemente las jornadas de protesta durante el paro nacional y el Día de la Madre, aumentando la tasa de contagios, al igual que muchas personas que no toman medidas preventivas como el uso constante de tapabocas, lavado de manos y el distanciamiento físico, según la subgerente de salud.
“Si la gente no acata esas medidas, participa en reuniones, en fiestas y sigue acudiendo a altos conglomerados, vamos a seguir con las cadenas de transmisión y esos son los porcentajes que se están viendo, donde prácticamente vamos a llegar a lo más alto del tercer pico de la pandemia que todavía no había afectado tanto a la ciudad”, explicó Maribel Trujillo.
La profesional agregó que el Hospital Universitario tampoco escapa a problemas de abastecimiento de otros centros asistenciales, porque los laboratorios que le proveen al hospital son de la cobertura nacional, escaseando medicamentos para sedación, entre otros, lo que ha obligado a seguir la ruta recomendada por la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos (AMCI), y lineamientos del Ministerio de Salud y el Invima, que envía semanalmente la lista de empresas con disponibilidad de medicamentos para sedación y relajación, comprando lo que hay en existencia según la contingencia.
Así mismo, con los antibióticos, con apoyo del Grupo de Infectología y los especialistas, para establecer qué otras alternativas terapéuticas se pueden usar para dar ese manejo clínico, “lo que resulta desgastante porque algunos medicamentos ya no los hay en el país por falta de materia prima”.
En cuanto al oxígeno el proveedor principal hizo un contrato de respaldo con otro proveedor a fin de garantizar el suministro, contando con un tanque de oxígeno adicional en la zona de expansión para los modulares, como parte de la estrategia que se está aplicando en el hospital, con una mesa constante de seguimiento y trabajo, con reuniones periódicas del Comité de Emergencia para hacerle seguimiento a todos esos indicadores, según la funcionaria.
El Meoz cumple además con el proceso de vacunación, según los grupos de edades establecidos en las resoluciones del Minsalud. El hospital a la fecha ha aplicado al personal de salud 6.382 dosis, adultos mayores 9.878 dosis, fuerzas militares y docentes 56, y al grupo de 18 a 49 años con comorbilidades 278 dosis.