Desde monedas que circulaban a principios del siglo XX, hasta billetes que se encontraban entre los lotes robados el 16 de octubre de 1994 en el Banco de la República en Valledupar, son algunos de los tesoros que hacen parte de la colección de Jonathan David Gutiérrez, y que ha recolectado durante varios años impulsado por un solo interés: la numismática.

Y es que desde muy pequeño, Gutiérrez encontró un gusto especial entre los objetos antiguos, aquellos que le llamaban la atención y le despertaban las ganas de conocer más sobre ellos, una pasión que asegura es de sangre, ya que sus padres, de forma indirecta, también guardaban artilugios de la época para apreciarlos.

Lea: ¡Llegó la Navidad! Cúcuta se vistió de colores con la inauguración del alumbrado

“Todo empezó cuando aún era menor de edad, mi papá me regalo un par de billetes antiguos de peso que conservaba, pero no coleccionando profesionalmente, y ahí comenzó todo; un día los ladrones entraron a la casa y entre los objetos que se robaron se encontraba la colección, así que me propuse como meta conseguirlos nuevamente y dedicarme de lleno a este pasatiempo”, resaltó.

Desde entonces, el administrador de empresas  empezó a recolectar las piezas que circulaban desde el año en el que se creó el Banco de la República, en 1923;  y, aunque él mismo acepta que aún es muy nuevo en el tema y que le falta mucho camino por recorrer,  se siente orgulloso de su trabajo y de cómo ha adquirido cada uno de los billetes que guarda en uno de los famosos catálogos que se comercializa en los mercados y  donde puede guardar sus adquisiciones sin miedo a que estos se deterioren  o sufran algún daño por el paso de los años.

Jonathan Gutiérrez se dedica al coleccionismo de monedas y otros objetos relacionados con el dinero.  Foto: Gerson Correa / La Opinión

Jonathan no solo se ha limitado a coleccionar billetes colombianos, sino que también ha abierto las fronteras, para buscar diferentes papeles monetarios que circulan en los mercados del mundo, llegando al punto de desconocer la procedencia de los billetes de su colección debido al idioma impreso en ellos.

“De todos los billetes que tengo, aproximadamente unos 300 de ellos son internacionales,  Argentina, México, Brasil, Venezuela y si queremos ir un poco más lejos,  también de Israel, Catar y Arabia Saudita, incluso un billete de 5 millones de Yugoslavia antes de su desintegración en 1992”,  mencionó  el coleccionista mientras iba señalando uno a uno el país de origen de su repertorio personal.

Sin embargo, si hablamos de lo más preciado, las monedas toman un protagonismo especial, ya que muchas de ellas fueron heredadas por su abuelo y otra gran parte, son regalos de amigos y familiares que en medio de sus viajes, recuerdan su afición y quieren aportar su granito de arena.

“Ya es común que mis amigos me escriban para avisarme que tienen un billete antiguo o que poseen alguna moneda con algún rasgo particular, incluso algunos que trabajan en bancos se encargan de guardarme billetes especiales, que pueden ser escaleras, radares, sancochos (categorías especiales que se encuentran en el número de series)”, explicó.

Conozca: Estudiantes de Nuestra Señora de Belén crearon un pesebre mecánico

Su mayor sueño es crear un museo personal en su casa y así poder exponer a los visitantes su experiencia, ya que como buen recolector, también tiene en su poder una colección amplia de botellas de licor, anime, figuras de acción, entre otros elementos que aún guarda desde niño.

Un Peso Oro de 1926, es uno de los billetes más raro que posee.  Foto: Gerson Correa / La Opinión

Una pasión comercial

Para Jhon Ramírez, comerciante y numismático, las redes sociales se han convertido en un factor primordial a la hora de descubrir nuevas adquisiciones,porque la virtualidad le permite conectar a otros ‘colegas’, como los llama.

Ramírez lleva un par de años en el mundo de los coleccionistas y a diferencia de Gutiérrez, en medio de su pasatiempo, encontró la oportunidad de iniciar un negocio.

Aunque asegura que muchas veces encontraba billetes y monedas en diferentes sitios alrededor de los mercados de pulgas de la ciudad, también resalta que en Facebook y diferentes páginas web existen grupos dedicados exclusivamente a la compra y venta de ejemplares, resaltando que “el más rápido es el que termina ganando”. 

En estos grupos, personas de todo el país e incluso algunos extranjeros, publican diferentes ofertas exponiendo piezas de interés, algunas de gran valor monetario, y si existe alguna persona interesada, debe negociar el precio con el dueño para llegar a un acuerdo, muchas veces esta es la parte más difícil.

Entérese: Historias de ancianos abandonados en hospitales y clínicas de Cúcuta

“En estos grupos se puede encontrar disponible literalmente todo lo que imagines, desde monedas que alguna vez navegaron al interior del Galeón San José, hasta los primeros billetes que circularon en Colombia, allí es donde se debe mostrar las capacidades de negociante y hacer una buena inversión”, enfatizó Ramírez.

Para el comerciante, así como se compra un nuevo modelo, se debe vender, ya que la oferta y la demanda cambia con el paso del tiempo y es mejor aprovechar cuando se puede, ya que el comercio es muy inconsistente.

“El precio del mercado está en constante cambio, la mayoría de numismáticos nos guiamos del libro ‘Monedas y Billetes de Colombia’, escrito por Pedro Pablo Hernández, considerado el ‘gurú’ en su área, cuyo fin es dar una contextualización histórica y monetaria de las monedas acuñadas en el país desde el año de 1.616”, mencionó.

Monedas y Billetes de Colombia es un libro que actualiza el precio del dinero en el mercado.  Foto: Gerson Correa / La Opinión

Un grupo en crecimiento

Los dos numismáticos comparten el mismo pensamiento y reconocen que a pesar de ser un grupo pequeño,  hay muchas personas que hacen lo mismo que ellos de forma independiente y se escudan en el anonimato.

Más contenido: Biólogo pamplonés, un guardián de los cóndores

“Aunque no hemos creado una asociación de numismáticos en Cúcuta, sabemos que se requiere tiempo y dedicación, estar concentrados totalmente en el grupo y apoyarlos en lo que necesiten, sin embargo, actualmente nos apoyamos con las que ya existen en Bucaramanga, Medellín y Bogotá, asistimos a las convenciones y eventos que se llevan a cabo en estas ciudades y representamos a la región, es una experiencia única”, enfatizó Ramírez

Según el comerciante, en el mundo del coleccionismo hay una razón de ser, hay quienes coleccionan historia y hay otros que prefieren enmarcar en papel todo lo que sucedió en una determinada época, desde cómo se vivía en los años de la Independencia hasta la actualidad. 

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion