Traer los restos del cuerpo del General Francisco de Paula Santander de Bogotá, además de algunos objetos suyos, para honrar su memoria en su tierra natal de Villa del Rosario y que los mismos ayuden a impulsar el turismo, es el objetivo que tiene el alcalde de ese municipio, Carlos Julio Socha, quien  en los últimos días revivió una vieja añoranza de los nortesantandereanos.

“Por qué no esperar que, así como este nuevo gobierno desenterró la espada de Bolívar, nos dé una respuesta favorable a la presente petición como antesala al traslado de los restos del general Francisco de Paula Santander a nuestra tierra, su tierra natal, para que sus coterráneos y el mundo entero podamos honrar su memoria”, se lee en la petición elevada por Socha.

En diálogo con el mandatario, Socha señaló que la solicitud del traslado de los restos del General va acompañado de la transformación del parque Gran Colombiano, el cual esperan que con el reposo de su cuerpo en el lugar se aumente la atracción turística de Villa del Rosario, debido a su importancia histórica en la independencia colombiana.

“Ya que estamos terminando el parque Gran Colombiano y con la venida de la ministra de Cultura, se le expresó que  es el momento que se dé el impulso turístico con un ícono como el General Santander,  y lógicamente tenemos que pedir los restos para que haya un impacto”, dijo.

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Además de sus restos, Socha señala que también es necesario que su cama, botas, espada, su capa y vestido, entre otros, regresen a su tierra.

“Todo lo que era del general Santander se lo llevaron para Bogotá, pensando que él era de allá y no, él nació acá y es acá en donde debe estar, la idea es generar el impacto y que se resalte su legado”, señaló.

Según lo expresado por el mandatario, esperará que de aquí a final de año se le entregue una respuesta definitiva de parte del Gobierno nacional, señalando que precisamente sus restos reposarían en el templo histórico o en la misma Casa Museo.

Un deseo histórico

Aparte de honrar su legado, lo que se busca con el regreso de Santander a su tierra natal es que se cumpla la Ley 22 del 9 de noviembre de 1971, en la que se ordena al Gobierno  el traslado de los restos a Villa del Rosario.

Pero este anhelo tiene varios inconvenientes, entre ellos, la propia voluntad de Francisco de Paula Santander, quien en vida había trabajado por prohibir los entierros en lugares ajenos a los cementerios y cuya disposición de sus restos quedó en su testamento, redactado el 19 de enero de 1838.

“Mi cadáver será sepultado precisamente en el cementerio sin pompa ni fausto, sino según lo prescribe el ritual romano: se me vestirá de uniforme y si yo lo hubiera mandado hacer, se mandará a fabricar una bóveda particular para que en ella se depositen mis huesos, y sobre una loza se inscribirá mi nombre añadiéndole alguna frase que haga alusión a mi constante fidelidad a la independencia y a la libertad de mi patria. La bóveda y demás se costearán de mis bienes inmediatamente después de mi muerte”, escribió.

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Otro de los obstáculos para lograr la repatriación de los restos, es que el Cementerio Central de Bogotá, en donde está enterrado, fue declarado Monumento Nacional mediante el Decreto 2390 de 1984, al igual que la tumba del general (Resolución 0913 de 2005). Por eso, cualquier intervención deberá ser autorizada por el Ministerio de Cultura.

El deseo de ‘descanso eterno’ de Santander ha tenido varios inconvenientes, pues 10 años después de su muerte fue exhumado por su esposa, Sixta Pontón, y llevado a su casa. Allí permaneció hasta 1866; en ese año fue trasladado a un mausoleo del Cementerio Central, donde reposó junto a su hermana Josefa Santander.

Con motivo de la conmemoración del primer centenario de su natalicio, el 2 de abril de 1892,  sus restos fueron exhumados nuevamente y depositados en el lugar que actualmente ocupan, sitio que fue remodelado por última vez en la década de los 90.

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