Motivadas por el sueño de mejorar su vida, dos adolescentes venezolanas de 16 y 17 años, llegaron a Cúcuta para ejercer un ‘empleo’ en el que resultaron retenidas contra su voluntad, amenazadas con arma de fuego y recibieron todo tipo de maltratos.

Las jovencitas fueron reclutadas por un estudio de modelaje webcam de la Ciudadela Juan Atalaya. De acuerdo con la denuncia, ellas fueron contactadas para ejercer un servicio por medio de internet y aplicaciones, en donde, supuestamente, “no tenían que mostrar nada”, iban a “hacer dinero” y “nada más” hablarían con personas de otros países.

“Como tengo una situación crítica en Venezuela y quiero ayudar a mi familia, acepté y me vine con dos muchachas más y mi hermana”, dijo una de las jóvenes. 

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La realidad a la que se enfrentaron, según lo contado por ellas, fue espeluznante. Las obligaron a desnudarse, a masturbarse y meterse objetos en la vagina. También las amenazaron con desaparecerlas con “los paracos”, si no trabajaban.

El capitán Noddier Rivera, jefe de la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en conjunto con el Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia, señaló que han encontrado varias situaciones en este modelo de negocio de personas que se aprovechan de poblaciones vulnerables, con el fin de ofrecerles un empleo lucrativo.

7 casos de niñas utilizadas en casas webcam en 2021

El capitán Noddier Rivera manifestó que en lo corrido del año han atendido tres casos con adolescentes víctimas de estudios webcam en Cúcuta, en donde se han encontrado elementos que evidencian la posible vulneración de sus derechos.

A parte de las dos hermanas venezolanas, investigan otros hechos en los barrios La Libertad, en donde fueron rescatadas tres menores; Aeropuerto, en donde también hallaron tres menores; y Ceci, con otras dos niñas.  Algunos de estos estudios incurren en delitos como instrumentalización y la prostitución infantil, entre otros. 

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Los estudios de garaje dañan el negocio: empresario de Cúcuta

El común en estos casos, según el capitán Noddier Rivera, es que no hay documentación que acredite la instalación legal de los estudios y la contratación de las trabajadoras, con los beneficios de la ley.

Reinel Robayo, empresario cucuteño con cuatro años en la industria webcam, es conocido como Dary y gerencia el estudio Femmes Interdites, legalmente establecido, en donde tiene contratadas 17 modelos. Esta compañía también tiene una sede en Bogotá.

Robayo dijo que la informalidad está perjudicando el modelo de negocio, porque, además de ser empresas de garaje que no pagan impuestos, lo que ofrecen no corresponde a los principios del webcam.

“El modelaje webcam es una exportación de contenido para adultos, nunca hay contacto físico con los usuarios y las trabajadoras o trabajadores son mayores de edad, que es lo más importante. Además, se convierte en una manera para que estas mujeres consigan el sustento para sus hogares. Muchas de ellas se convierten en terapeutas de hombres que buscan solo compañía”.

De acuerdo con el empresario, estas modelos, quienes se identifican bajo seudónimos para reservar su identidad y vida privada, pueden devengar desde $800 mil y hasta $27 millones, mensualmente, dependiendo de su actitud y ganas de trabajar. Algunas pueden prestar sus servicios desde su lugar de domicilio, bajo la modalidad satélite.

“Esta industria ha venido creciendo y estamos aportando a la economía del municipio, alrededor de un 40%. Estos solo no es pornografía, como la gente lo ve, porque también generamos empleo: aquí contratamos diseñadores, fotógrafos, trabajadores administrativos, trabajadores sociales, sicólogos, contadores…”, añadió.

Dary aseguró que también está impulsado en Cúcuta la creación de la Asociación de Toches de la Industria Webcam (Atowebcam), con el fin de impulsar el modelo de negocio legal y capacitar a las empleadas.

El empresario manifestó que, para las entrevistas de trabajo, las postulantes no se tienen que desnudar o enviar fotos sin ropa y mucho menos tener relaciones sexuales, trabajan en la forma que desean.

Reinel Robayo afirmó que la pandemia de COVID-19 fue una oportunidad para crecer y su empresa lo hizo en 70%; durante las cuarentenas funcionó cumpliendo los protocolos de bioseguridad.

“Mi mamá sabe lo que hago”

Shannet tiene 21 años y desde hace tres es modelo webcam. Al principio le costó mucho dedicarse a esta actividad, pues era muy tímida (aún refleja vestigios de es timidez), pero lo que gana en Femmes Interdites le ha permitido ayudarse y apoyar a su familia. Recientemente compró un terreno para construir su casa.

“Esta labor me ha ayudado en mi autoestima, a quererme un poco más y sentirme mejor… Mi mamá sabe lo que hago y parte de mis hermanos. Ella al principio no lo tomó bien, pero respeta mi decisión”, expresó.

Es forma de explotación sexual virtual: experta

Sobre el modelo de negocio, Liliana Forero Montoya, consultora en Derechos Humanos, explicó que el Código Penal colombiano sanciona la inducción a la prostitución, al igual que la trata con fines de prostitución (presencial o virtual).

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Resaltó que la última reforma tributaria generó una contradicción o choque de normas “al permitir que los estudios dedicados a la prostitución virtual recauden impuestos de sus víctimas”. “Esto último ayudó a que se crea que este negocio es legítimo”.

La experta subrayó que en todo el país se han identificado casos de explotación sexual de niñas, trata con fines de explotación sexual de mujeres y hombres migrantes y otros delitos en operativos realizados por la Fiscalía y la Policía en estos estudios, a raíz de denuncias de las víctimas o ciudadanía. “Sin embargo, prevalece la falsa idea de que estos estudios manejan un negocio como cualquier otro, inclusive se hacen ferias internacionales y en Medellín funciona una pretendida universidad sobre el tema”.

También señaló que dos recientes tutelas contribuyen a la naturalización de esta forma de explotación sexual virtual, pero al leerlas es evidente la situación de vulnerabilidad aprovechada por los explotadores en sus víctimas. 

Añadió que el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Violencia y Discriminación contra las Mujeres y las Niñas visibilizó la forma como la explotación sexual y la trata está migrando a la web, lo anterior ha sido acelerado por la situación de migración por crisis y por la pandemia.

La Policía invitó a la ciudadanía a denunciar cualquier delito al respecto a través de las líneas 141, 123 y el 3208890319.

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