La población más desprotegida por la falta de profesionales especialistas y por la ausencia de centros médicos de cuarto nivel en Cúcuta es la infantil. En su mayoría, los pacientes hay que remitirlos a otras ciudades.
Las largas esperas que deben soportar los pacientes cucuteños por médicos o tratamientos integrales con especialistas, no solo ponen en riesgo sus vidas sino que desnuda una realidad de la cual no se quieren dar por enteradas las autoridades de salud.
Los casos que a diario se conocen y que a las EPS pareciera no importarles, tienen permeado el sistema de salud de al menos 1,4 millones de usuarios de Cúcuta y el área metropolitana, como quiera que cada vez la demanda de servicios es mayor frente a la escasez de especialistas y de centros médicos de medicina integral del cuarto nivel.
Los pacientes son los más vulnerables a esta realidad. José Antonio Caicedo, de 68 años, lo vivió en carne propia cuando debió esperar ocho días para que lo valorara un cirujano vascular en la IPS en la que se encontraba internado.
“La EPS me decía que había que esperar porque se encontraba ocupado en otras clínicas, y eso me perjudicó mucho porque con el correr de los días mi salud se iba deteriorando cada vez más”, dijo Caicedo, quien padece de arteriosclerosis de miembro inferior con obstrucción total de arteria femoral.
Pero esto no solo ocurre en Cúcuta, así está toda la red pública de salud del departamento, debido a la gran escasez de médicos especialistas en todas las ramas de la medicina, señala Arístides Andrade, directivo del sindicato de salud de Norte de Santander.
El líder sindical denunció, por ejemplo, que la red está grave de especialistas en neuropediatría.
Tampoco hay neumólogos, y si los hay, habrá uno o dos, y por eso cuando la demanda es alta toca remitir los pacientes a otras ciudades del país, dijo Andrade.
Esta situación preocupa a los pacientes por cuanto en esa espera obligada que deben cumplir la vida está en peligro. “Para nadie es un secreto que en la ciudad los especialistas de los niños escasean y, además, los pocos que hay prestan los servicios en todas las clínicas y por ello hay que esperarlos más de ocho días para que lleguen”, dijo Elodia Vásquez, madre de un bebé de ocho meses con problemas cardiorespiratorios.
Nancy Carrillo, madre de un niño de 11 años, debió esperar el mes pasado más de ocho días a que la EPS Cafesalud remitiera a su hijo a una institución de cuarto nivel con unidad para manejo de insuficiencia renal crónica, para que le practicara el tratamiento que le ordenó el médico.
“La EPS me aseguró que aquí en Cúcuta no se contaba con este servicio”, señaló Carrillo.
A comienzos de año, el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Salud de Norte de Santander denunció varios casos de pacientes que murieron esperando ser atendidos por médicos especialistas, uno de ellos Juan de Dios Flórez, quien duró más de 35 días en el Hospital Erasmo Meoz aguardando una remisión por parte de Cafesalud a un centro asistencial de cuarto nivel.
También le ocurrió a la niña Yuri Enrique Obirme Castaño, quien también permaneció en el mismo hospital 19 días esperando una remisión a un centro del cuarto nivel por parte de la misma EPS, dijo el sindicato.
Voceros de las IPS coinciden en que la falla más grande en el departamento es la falta de neurólogos, oftalmólogos, cirujanos, ortopedistas, neurocirujanos, entre otros profesionales que trabajen en la parte pediátrica.
En la ciudad, la ESE Imsalud presta el servicio de primer nivel de salud, lo que solo se limita a la promoción y prevención, medicina general y odontología.
La semana pasada, Mora anunció que esta empresa prestadora asumirá la atención de salud de mediana complejidad en las unidades básicas del municipio, lo que representa un alivio importante en los servicios con médicos especialistas.
El funcionario explicó que la estrategia busca que servicios como ginecobstetricia, pediatría, ortopedia, imágenes diagnósticas, cirugía oral, endodoncia, medicina familiar y laboratorio clínica se empezarán a prestar a la población.
Esto desahogará la atención en el Hospital Erasmo Meoz, por cuanto ahora sí se podrá dedicar para lo cual fue creado, al tercer nivel (urgencias y hospitalizaciones con subespecialidades, entre los cuales están, neurocirugía, cardiología, endocrinología, entre otras).
Empleados de clínicas le contaron a La Opinión que lo que más se remite a otras ciudades es lo que tiene que ver con electrofisiología y cirugía cardiovascular.
También están escasos
El cirujano cardiovascular de tórax de cuello, Manuel Rojas, señaló que en casi todas las especialidades faltan médicos, principalmente pediatras, endocrinólogos, nefrólogos, cardiólogos, neumólogos y psiquiatras.
Empleados de EPS que funcionan en Cúcuta revelaron que el principal cuello de botella es en especialidades como cirugía de cabeza y cuello.
También hay escasez en especialidades como neurología, gastroenterología, endocrino pediatras.
Tampoco hay unidad de cuidados intensivos para pacientes quemados, por esta razón cada vez que se presentan casos con estos pacientes deben ser remitidos a Bogotá o a Bucaramanga.
Un paciente que necesite cirugía cardiovascular debe ser remitido a Bucaramanga, porque en Cúcuta hay muy pocos especialistas en esta materia, dijeron empleadas de EPS a La Opinión.
Cuando el paciente requiere manejo integral por oncología (cuarto nivel) también hay que remitirlo a otras ciudades.
Hay también seria preocupación en la ciudad porque algunas EPS del orden nacional, solo tienen contratos de servicios especializados de medicina con instituciones con sede en Bogotá, “por eso cuando se requiere un servicio de esta naturaleza, aunque en la ciudad esté presente un especialista al paciente siempre toca sacarlo de Cúcuta, lo cual pone en riesgo su salud por la demora en recibir la atención”, dijo Alejandra Grisales, veedora de servicios públicos.
En la ciudad, en promedio se instauran 600 tutelas al mes de pacientes que reclaman servicios especializados de medicina, según Grisales.