Acto seguido, Aldana procedió a dirigirse al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde al llegar recibió de inmediato el suero antiofídico para neutralizar el impacto de la mordedura de la víbora. Eran las 3 de la tarde.
En el centro asistencial le practicaron exámenes para saber qué tanto estaba afectada la salud del rector. En efecto, Aldana tenía ya el fibrinógeno por el piso (en 35), cuya proteína es la que participa en la formación de coágulos de sangre en el cuerpo.
Había que actuar rápido, porque cuando los valores son bajos, como era su caso, era por el efecto del veneno y ello estaba empezando a producir necrosis celular, es decir, la muerte del tejido corporal.
Aldana dijo que la atención recibida en el hospital fue excelente y producto de la misma fue que se pudo poner control a la situación.
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Ayer, los valores de fibrinógeno y de creatinina empezaban a ser favorables para la salud de Aldana, quién además fue intervenido para retirarle tejidos de la mano donde fue mordido por la serpiente.
En la habitación del hospital donde aún se encontraba, Aldana confesó que por mementos sintió temor por su vida. Al hospital llegó con la tensión muy alta. “Afortunadamente la serpiente me pinchó solo con uno de sus colmillos, por lo que la afectación no fue tan grande”, dijo.
Apenas tuvo plena conciencia de sus actos, el rector de la institución Julio Pérez Ferrero dio instrucciones al personal administrativo para que se revisaran bien las aulas antes de que los niños ingresaran el lunes en ellas, esto con el fin de verificar que se encuentren libres de reptiles que puedan poner en riesgo su integridad.
También se solicitó a Gestión del Riesgo y a Corponor para que hicieran un barrido en los alrededores de la sede escolar de Simón Bolívar, a fin de dar más garantías a los escolares de que no haya presencia de serpientes.
La inspección de las aulas se incrementó a partir del lunes anterior, dijo Aldana, quien también solicitó la presencia de policía ambiental para evitar que los niños pierdan clases.
Los alrededores de la escuela están rodeados de bosque seco tropical, hábitat de este tipo de serpientes. De hecho, el día siguiente del accidente ofídico fue encontrada otra serpiente en la escuela, pero fue relacionada con una falsa coral, no venenosa.
En el departamento, el año pasado ocurrieron 182 accidentes ofídicos en Norte de Santander, y en lo corrido del presente año ya se contabilizan 35.
Los municipios más afectados con estos hechos son El Carmen, Tibú y La Playa de Belén.
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