Expresar nuestras ideas no siempre es tan fácil como sucede en nuestra mente. En muchas ocasiones un autor se enfrenta a la tan temida hoja en blanco. Es normal sentirse tímidos ante esta tarea, no todas las personas saben cómo hacerle un lugar en el día a día o por dónde empezar.
Sin embargo, escribir puede ser muchas cosas y beneficia de muchas maneras nuestra vida: puede ayudar a atravesar a salvo la niebla de nuestras emociones, puede servir para conservar nuestros recuerdos intactos en las arenas del tiempo, puede dar alas para transportarnos por mundos fantásticos o ser una forma de comunicarnos con honestidad con aquellos que nos importan.
En entrevista con la autora colombiana de ventas internacionales, Paula Velásquez, también conocida bajo el seudónimo de Escalofriada, la escritora presentó siete consejos para desarrollar esta bella costumbre.
“Formar un hábito en la escritura es igual que entrenar los músculos en algún deporte. Al principio, puede ser intimidante y exigente, pero con el tiempo te haces más fuerte y puedes pasarte horas enteras en la práctica”, dijo Velásquez, aclamada por su novela Sincronía, publicada por Nova Casa Editorial.
Paula Velásquez, la escritora, da unos consejos para no perderse en este oficio. (Foto: Cortesía)
1. Programe una cita con la escritura
Si usted es de lo que dice: escribiré cuando tenga un tiempo libre, nunca formará un hábito. Un comienzo para abrirse tiempo es que se haga una auditoría sobre cómo lo emplea en su día a día.
Anote cuánto le dedica a cada actividad y revise cuánto le está ofreciendo a actividades que no le aportan grandes cosas a su vida a largo plazo, como estar en la cama una hora viendo TikToks, telenovelas o revisando las redes sociales. Piense a cuál de esas actividades podría quitarle media hora para dedicarla a su nuevo hobbie y prográmela en su horario.
Debe plantearse una hora específica para escribir al día, ponerse una cita con la página en blanco, mirarla de frente y dar rienda suelta a su imaginación.
“También aprovecha esos tiempos muertos que vivimos a diario, como el viaje en el bus, la espera en la sala del consultorio médico, la fila del banco. Esos momentos robados de la rutina pueden ser muy provechosos para tu escritura”, expresó Escalofriada.
2. No es una carrera, es una maratón
Si no suele escribir y se propone escribir una hora a diario, puede que se agote demasiado pronto. Velásquez recomienda empezar con quince minutos e ir añadiendo tiempo gradualmente.
Trate de escribir todos los días, así sea un párrafo. Aún así, no se castigue por saltarse un día. Es necesario recuperarse y volver a comenzar. También es buena idea plantearse metas de una o dos semanas.
“Voy a escribir a diario por esta semana” suena más manejable que “voy a escribir a diario por el resto de mi vida a partir de hoy”, dice.
3. Cuéntele a todos (o al menos a alguien)
Es importante llevar el registro del hábito de alguna manera. Eso puede ayudar a mantenernos motivados. Cuéntele a sus hermanos o amigos su propósito y pídales que le pregunten por sus avances, es una buena manera de hacerlo.
“Por supuesto, elige a alguien que no te desanime en tu propósito, sino más bien, que use un látigo de ser necesario para hacerte cumplir”, bromeó Escalofriada.
También es recomendable subir su progreso a sus historias en redes sociales. Si quiere hacerlo más privado, puede descargar aplicaciones como NaNoWriMo y anotar ahí cuántas palabras escribe en el día o simplemente hacerlo en un papel que tenga a la vista en su escritorio. Ver el progreso día a día ayudará a mantener su motivación.
4. La inspiración no existe
Bueno, sí existe. Hay días en los que parece que las musas favorecen y las ideas fluyen sin parar de los dedos. Pero, como decía Picasso, la inspiración existe, pero debe encontrarlo trabajando.
“No esperes a que te sientas inspirado para sentarte a escribir. He aprendido con el tiempo que, cuando te sientas a escribir con consistencia, las ideas fluyen con naturalidad. Un consejo que te doy es que detengas la escritura en el punto más emocionante, de esa manera, al día siguiente estarás impaciente por continuar y sabrás desde qué punto hacerlo”, recomendó la ganadora de los premios Wattys de literatura.
Pero, ¿qué pasa cuando se sienta a escribir y en definitiva no le fluyen las ideas? En ese caso, pruebe a leer una historia o ver una película del mismo género, salir y dar un paseo, escuchar música que evoque los sentimientos que quiera transmitir.
En lo personal, lo que inspira a Paula Velásquez es investigar sobre la ciudad en la que viven sus personajes o la situación que enfrentan. Pero, por lo general, recomienda sentarse y escribir, así lo que escriba sea inútil y no lo use al final, porque lo ayudará a mantener el hábito.
5. Un poco de motivación propia no hace daño
A muchas personas les funciona darse premios por completar cierto número de palabras, concluir un capítulo o simplemente sentarse a escribir por una cantidad determinada de tiempo. Se dicen: “si escribes por media hora, puedes ver el siguiente episodio de la serie”, u otras cosas por el estilo. Si no han funcionado las otras técnicas, Escalofriada recomienda irse por esta.
6. Escriba borracho, edite sobrio
“No hay que tomárselo literal. A lo que me refiero es que muchas veces nos ponemos a revisar todo lo que vamos escribiendo, borrando y volviendo a escribir y no avanzamos nada. No caigas en esa trampa. Procura escribir todo, escupir las ideas en el papel y luego, cuando ya tengas un capítulo (o el libro) completo, sí te sientas a revisar y editar. Antes, ni de riesgos”.
7. Pruebe con las páginas matutinas
Por último, aconseja a todos sus seguidores, sin importan si son escritores o no, hacer páginas matutinas: al levantarse, tomar un cuaderno y escribir tres páginas de lo primero que le venga a la mente.
Como apenas está despertando, su cerebro no juzgará aún todo lo que hace y podrá plasmar toda clase de ideas y emociones sin mucho esfuerzo. Le tomará una media hora.
Anote ese sueño extraño antes que lo olvide, describa cómo amaneció, hable de lo que hará ese día, todo es válido. También puede dejar apuntada una pregunta la noche anterior y resolverla apenas despierte.
“Te sorprenderías de la cantidad de respuestas que nos llegan mientras dormimos”, explicó.
Estos son todos los consejos de Escalofriada para formar un hábito de escritura, desde la misma juventud. Por supuesto, es tan difícil como crear cualquier otro, pero, como afirmó ella, se sorprendería de lo fácil y gratificante que se vuelve sentarse a escribir con el tiempo.
“Si siempre has querido sacar esa vena escritora y estabas esperando una señal, esta es tu señal. Siéntate y empieza a escribir, plasma esas historias que han formado un nido en tu cabeza y que nadie más puede contar. Yo creo en ti”, finalizó la autora.
Claves en escritura periodística
Darío Monsalve, periodista e investigador cucuteño, explica que leer es el principio y la clave; solo quien lee bien, llega a escribir de manera correcta.
El periodista que logra dominar el lenguaje enfrenta, en muchos momentos, el dilema de escribir bajo un formato periodístico o el de soltar las amarras y crear literatura.
“Por suerte, ante esta inquietud no hay una respuesta absoluta. Aunque mi opinión es que hacerse llamar escritor por trabajar en un periódico es como asegurar ser chofer solo por lograr estrellar un carro. Sin embargo, se han dado ejemplos de grandes periodistas que al mismo tiempo han sido grandes escritores, como García Márquez, Vargas Llosa, entre otros”.
El consejo más sincero de Monsalve es aspirar a hacer un periodismo escrito en el que nunca se deje de confiar en el instinto, porque este puede nada menos que marcar la diferencia entre la llana realidad y la exuberante originalidad.
Sobre la autora
Paula Andrea Velásquez —mejor conocida por su seudónimo de Escalofriada— nació en 1994 en la fría Bogotá. Trabaja como diseñadora gráfica y estudia Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Inglés en la Universidad Distrital de Bogotá. Desde su infancia encontró en los libros un refugio para escapar de la realidad; suele leer obras de mundos fantásticos, romances emocionantes y misterios por resolver.
Sus historias exploran la naturaleza humana y las relaciones interpersonales, combinan diversos géneros y buscan inspirar a los lectores a vencer sus miedos. Sincronía es su primera novela publicada por una editorial, con la que ganó el premio The Wattys 2017 en la categoría «Los innovadores».