Las motos, la velocidad y la adrenalina son sus pasiones; competir y ganar por Colombia su sueño. Así se resume la corta vida de Santiago Rivera Castro, un motocrosista que, con tan solo 10 años, se ha convertido en una de las promesas de este olvidado deporte en Norte de Santander.

El talento lo tiene, el apoyo de sus padres también, pero lo principal, que son los recursos económicos para competir y representar a la región en diversas competencias a las que clasifica, son esquivos. Y más cuando en el departamento no hay una Liga de motociclismo realmente conformada, y los recursos que se deberían destinar a esa disciplina -no convencional- nunca llegan.

Rivera, junto al también corredor Hárold León, son dos de los destacados deportistas del minicross de Norte de Santander; pero los altos costos para viajes y reparaciones de sus exigentes motocicletas los privan de llegar a dar el mejor espectáculo a nivel nacional e internacional. 

Santiago Rivera, que lleva las carreras de motos en la sangre, se ha formado empíricamente con la ayuda de su padre, quien hace de mecánico, entrenador y motivador personal. 

El sueño de seguir corriendo está intacto, pero los patrocinios no llegan, pues ni los entes públicos del deporte – por la ausencia de la Liga-, ni la empresa privada se han vinculado para impulsar a los jóvenes pilotos. 

Vende pulseras para poder correr

Rivera, que había hecho un ‘pare’ de al menos seis meses en su carrera para reunir recursos y comprar una moto para competir en la categoría de los 65cc (lo hacía en la de los 50cc), le apunta este 2019 a llevarse todo en el campeonato nacional y en la Copa Latinoamericana de Motocross, que se realizará este año y por primera vez en Colombia.  

Para lograr esos objetivos, y teniendo en cuenta que no tienen apoyo económico de nadie más que allegados y personas de buen corazón, el deportista, en compañía de su madre Mónica Castro, retomaron una campaña llamada ‘Dreamer’, que al español traduce: soñador. Esta consiste en vender unas pulseras que rezan el lema de la campaña y que tienen un valor de $20.000. Ellos las envían a cualquier parte de Colombia junto a un mensaje de aliento. Es fácil adquirirlas, las personas solo deben comunicarse al número 3102581355 o seguir a Santiago en su cuenta de Instagram (Santycr17).   

“La campaña se retoma, porque ya la habíamos hecho n una oportunidad y nos fue muy bien. La vez pasada pudimos adquirir una nueva moto para una nueva categoría (65cc), pero ahora, para poder participar Nacional de Motocross, que es el evento más importante de Colombia debemos desplazarnos a varias ciudades y es muy duro”, explicó Mónica Castro.

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Pruebas del año

Este año las competencias no faltarán. Para el campeonato Nacional, Santiago tendrá acción en la I Válida Nacional el próximo 9 de febrero en Amagá (Antioquia). “Tenemos los días contados”, dijo Castro, refiriéndose a que todavía no han recaudado todos los recursos necesarios para el viaje. 

El campeonato Nacional se divide en dos semestres, cuatro carreras en cada uno. Tras correr en Antioquia, Rivera lo hará en el Cauca (marzo), en Bogotá (mayo), en el Valle (junio), en Risaralda (agosto), en Antioquia (octubre), y disputará la final en el Valle del Cauca. 

“Para todos esos viajes y requerimientos necesitamos recursos, y más porque la situación de la ciudad no ayuda”, agregó la madre de Rivera.

Además de las pruebas nacionales, el corredor tiene en la mira la Copa Latinoamericana, competencia a la que asistirán los mejores latinos, y que tendrá sede en Risaralda, este año, desde el 11 de agosto. En la temporada pasada, el campeón de la prueba fue el colombiano Agustín Barreneche, por lo que este año el cucuteño quiere revalidar el título para Colombia.