Cultivar cacao es toda una tradición familiar para Luis Edmundo Dávila. En su familia han pasado cuatro generaciones devengando su sustento de este producto.
Sus días pasan entre los cultivos, la recolección del fruto, la extracción de semillas, la comercialización y las demás tareas de la cadena productiva.
Este hombre no concibe su vida sin el cacao. “Esto fue lo que aprendimos. Desde que tengo uso de razón trabajamos con cacao. Somos felices produciéndolo y aprendiendo cada día algo nuevo”, cuenta entusiasmado.
Ahora, también busca no solo sacar el producto en grano, sino que ha comenzado apostarle a la transformación para entregarlo en otras presentaciones como las chocolatinas o el cacao en polvo con el emprendimiento Chocodestellos del Catatumbo.
“Si como productores le apostáramos más a hacer algo adicional a producir el grano, tendríamos mayores utilidades y en eso estamos enfocados. Queremos ver nuestro producto en todas las tiendas de la región y del país”, sostuvo.
Todas estas apuestan están posicionando el cacao de Norte de Santander a nivel nacional y mundial.
En la región, de acuerdo con cifras de la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao), existen aproximadamente 12.031 hectáreas establecidas de este cultivo de las cuales derivan su sustento unas 3.500 familias ubicadas en 24 municipios, de estos se destacan por su producción Tibú, Sardinata, Teorama y Cúcuta.
Sin embargo, gran parte de estas áreas de cacao presentan bajo rendimiento por hectárea, esto principalmente debido a problemas relacionados con la edad de las plantaciones. Es decir, los árboles sembrados ya cuentan con muchos años. El ciclo de vida del cacao dura más de cien años, pero su vida económica normalmente no pasa de 40 años.
El crecimiento
Edison Benavides, representante legal de la Asociación de productores de cacao de Norte de Santander (Asoprocanor), dijo que el departamento siempre ha sido un buen productor de cacao y sus derivados, pero llevaban más de 10 años sin lograr el protagonismo que han empezado a tener actualmente.
“Los productores estamos preparándonos para ser protagonistas activos de nuestro sector y de a poco la alianza público-privada está dando frutos y nuestro producto se está conociendo por su calidad”, dijo Benavides.
En 2020 el departamento ocupó el noveno lugar en producción a nivel nacional y el quinto en área establecida.
Estos valores, según Benavides, podrían ser diferentes, pero la intermediación no ha permitido tener un conteo más aproximado a la realidad. Explicó que la media a nivel nacional es de 450 kilogramos de producción por hectárea al año, lo que significaría, si se hace la conversión a Norte de Santander, que se deberían producir un total de 3.500 toneladas anualmente, pero en los registros del departamento aparece una producción de 1.600 toneladas.
Adicionalmente, los cacaoteros viven otra situación compleja y es el uso no apropiado en variaciones y el cultivo adulto que no permiten tener una producción mayor.
En un estudio de suelo realizado en 2019 se conoció que Norte de Santander tiene una vocación para la producción de cacao de 360.000 hectáreas en 22 municipios, lo que indica que al día de hoy el departamento solo ha aprovechado el 10 % de ese potencial.
Proceso
Pensando en mejorar la productividad, la Federación Nacional de Cacaoteros, el Ministerio de Agricultura, Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro) y Banco Agrario formularon una Línea Especial de Crédito (LEC) para renovación de cacaotales envejecidos, la cual brinda un subsidio a la tasa de interés de hasta 4 puntos porcentuales a los productores con la opción de subsidiar puntos adicionales. En Norte de Santander se busca intervenir por lo menos 700 hectáreas de cacao por medio de esta línea.
Paula González coordinadora territorial de Finagro manifestó que era una ‘oportunidad de oro’ para los cacaocultores del departamento que estén pensando en renovar sus cultivos y así alcanzar una óptima productividad, “hay que rescatar que las tasas de interés son las más bajas que hay en el momento para el acceso a esta línea de renovación”.
Adicionalmente, la región se beneficiará del convenio que firmaron el ministerio de Agricultura y Fedecacao que tiene como objetivo apoyar la renovación. En Norte de Santander se tiene como meta impactar 300 hectáreas las cuales beneficiarán familias de Hacarí, Tibú, Teorama, Sardinata y San Calixto.
Miller Otero Gómez, jefe de unidad técnica de Fedecacao, manifestó que esta era una alianza que buscaba apoyar la renovación de cacaotales envejecidos, mejorando la productividad de las fincas con la instalación de clones altamente productivos “así mismo se viene apoyando la instalación de 150 parcelas demostrativas con recursos del Fondo Nacional del Cacao”.
La apuesta de un clúster
En 2020, en medio de la pandemia generada por el coronavirus, el cacao celebró la apertura de un clúster que impulsará su producción, comercialización y transformación.
La iniciativa fue liderada por la Cámara de Comercio de Cúcuta, la Gobernación del Norte de Santander y la Comisión Regional de Competitividad, junto con la Federación Nacional de Cacaoteros y los productores locales.
El propósito de este clúster que cuenta con 4.000 cacaoteros, es mejorar las líneas de acción en cuanto a la calidad, la productividad, la cultura de cacao.
Adicionalmente, a través de la plataforma podrán acceder a formación para cerrar negocios, establecer ventas directas que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de los productores.