Atrapados y maniatados, así se sienten los ganaderos de Norte de Santander con la resolución que aprobó el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el año pasado, para crear dos nuevas zonas de riesgo.

La medida fortaleció los controles de los registros sanitarios para los animales que entran y salen del territorio. El objetivo, proteger al hato ganadero nacional de un nuevo brote de fiebre aftosa.

Sin embargo, los más afectados por la zonificación fueron los ganaderos del Norte de Santander, quienes desde el primer brote de aftosa en 2008 han sido aislados del mercado nacional y dependen casi que exclusivamente de las ventas en el mercado interno.

El representante de la región en la junta directiva de Fedegán, Andrés Hoyos, explicó que en Montería un ternero se paga a $5.200 el kilo, mientras que Norte de Santander no se paga más de $4.000 por kilo.

“Queremos pedirle auxilio al país ganadero, porque no es posible ese tratamiento discriminatorio con Norte de Santander, estos 29 municipios que fueron aislados, tienen el derecho al libre tránsito”, dijo el representante del gremio.

Vacunación y plan 2020

En el segundo ciclo de vacunación anual, el 96 % del hato del departamento fue inmunizado contra la fiebre aftosa. En total, 470.000 animales fueron vacunados. 

Vale agregar que los municipios ubicados en zonas de riesgo (como Norte de Santander) deben vacunar tres veces al ganado, mientras que a nivel nacional son solo dos vacunas.

En el segundo ciclo nacional se vacunaron 27,2 millones de bovinos, de los 28 millones que hay reportados en el país, logrando una cobertura del 97 %.

Hoyos agregó que ya se reunieron con la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación para contarle la situación actual del sector. 

“En los próximos días vamos a tener una reunión con el gobernador para que nos ayude a tomar cartas en el asunto”, manifestó.

El gremio quiere pedirle apoyo al gobernador para exigir que la región sea excluida de las zonas de riesgo.