El campo de Norte de Santander ha tenido en 2022 buenos frutos, pues el sector hortifrutícola comenzó a dar pasos en otros departamentos para agrandar su mercado. Así es como la mora de Ragonvalia está llegando al Valle del Cauca y Antioquia y de allí, transformada en pulpa, a otras ciudades del país, con apoyo de la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol), Clúster Hortifrutícola y la Gobernación.
William Iván Lozano es uno de los campesinos que le sigue apostando a la agricultura; por eso, en su finca de la vereda San Miguel se vinculó al proyecto de mora, llegando a sacar entre 1.300 y 1.900 kilos cada semana.
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Además, les han capacitado para que sus cultivos tiendan a ser orgánicos y eviten o disminuyan el uso de químicos, para no esterilizar las tierras.
José Gabriel Rubio, representante de la Cooperativa Agropecuaria de Ragonvalia (Coagronvalia), con 76 asociados, destacó el apoyo de Asohofrucol para un acuerdo comercial con Nutrium de la organización empresarial Ardila Lülle, mediante el cual vendieron 450 toneladas de mora.
Lluvia y heladas, el duro reto
De acuerdo con William Iván Lozano y José Gabriel Rubio, la difícil situación que han enfrentado se debe a las lluvias y las heladas que comenzaron a dañar los cultivos desde octubre, llevando a terminar el año con baja producción.
En el caso de la finca de Lozano, la producción de mora bajó a 350 kilos por semana, en promedio. “Por el hielo, muchos cultivos se quemaron y tuvimos que darle por la pata (cortarlos)”, señaló.
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José Gabriel Rubio precisó que la mayoría de las siembras se acabaron por el clima y tanta lluvia. Esperan que este mal tiempo pase, para volver a cifras positivas. “Con los factores climáticos no podemos competir”.
Productores, más competitivos
Maribel Cárdenas, coordinadora de Asohofrucol en Norte de Santander, destacó que este año lograron gestionar recursos por más de $1.000 millones para las asociaciones de productores y sus proyectos, con apoyo de varias entidades y aliados comerciales.
“Identificamos 12 organizaciones, de las cuales ocho hicieron ventas conjuntas, con ingresos superiores a $1.400 millones en las línea de mora, durazno, lulo, aguacate, granadilla, hortalizas. Hemos apoyado los procesos de certificación de los productores en diferentes clases, como en buenas prácticas agrícolas, en orgánicos y en la norma reconocimiento internacional para la producción agropecuaria Global GAB”.
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Cárdenas destacó que, bajo la estrategia ‘Somos agricultura tropical’, se buscó bajar los costos de producción en diferentes líneas y se impulsaron las seis biofábricas, en donde se producen fertilizantes, insecticidas y fungicidas orgánicos, en San Cayetano, Cáchira, Labateca, Mutiscua y Bochalema, las cuales ayudan a mejorar las condiciones ambientales y el control de plagas.
La coordinadora de Asohofrucol resaltó que aunado a todas esas iniciativas, 520 productores en 19 municipios recibieron asesorías técnicas con los agrónomos que van sus fincas. Para terminar el año, se instaló la mesa de trabajo que construirá la primera alianza público-privada para el sector, enfocada en la línea productiva de aguacate.
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